El entrañable anarquista norteamericano Noam Chomsky lo definió más o menos así, aunque con otras palabras: “Barack Obama es un blanco que se pasó de rosca con la cama solar”. Un poco lo que el Ruso Verea decía de Condoleezza Rice y Colin Powell: “¡Qué van a ser negros si jamás escucharon un blues!”.

Y Obama sigue mostrando sus hilachas, que pasan no solamente por mandar más tropas a Afganistán. En los noticieros de todo el mundo, una de las notas de las llamadas “de color” más difundidas fue la presentación del capataz del Imperio como comentarista de básquetbol, en una boutade demagógica propia de quienes entienden haber perdido parte del poder que los llevó a lo que son.

Entre nosotros vivimos algo parecido –no, por cierto, igual– con las varias actividades frívolo-deportivas de Carlitos. Fue alternativamente Carlitos futbolista, Carlitos basquetbolista, Carlitos bailarín, Carlitos piloto de rally y hasta Carlitos ganador de la primera etapa de las mil millas del Delta, en cuyo segundo tramo Daniel Scioli, con la misma embarcación con la que Menem llegó primero en el tramo anterior, tuvo el accidente que le costó el brazo. O sea que si Carlitos motonauta, sin antecedente alguno en la actividad, ganó aquel tramo con la lancha del actual gobernador testimonial de la provincia de Buenos Aires, con la de Scioli podía ganar casi cualquiera.