El doble enfrentamiento en la Champions League y la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid la pasada temporada dejaron preocupado al técnico del Barcelona, Josep Guardiola, que vio la necesidad de regenerar su ataque para hacer daño a un rival que cada vez lo maniataba mejor. En esos enfrentamientos, al equipo azulgrana le costó mucho hacer daño al arco de Iker Casillas. El técnico requería un jugador diferente. El señalado fue Alexis Sánchez, el chileno de 22 años, ex River, elegido mejor futbolista de la Serie A la pasada temporada por sus actuaciones con el Udinese. Tras un largo proceso de búsqueda y conversaciones con el ex seleccionador de Chile, el rosarino Marcelo Bielsa, buen amigo de Guardiola, cuatro virtudes del delantero convencieron al técnico del equipo catalán: regate, ataque al espacio, explosividad física y carácter humilde.

Alexis era una variante ofensiva distinta para mezclarse mejor con Messi, con más velocidad que David Villa y más capacidad de desborde que Pedro. Por él, el Barcelona pagó 26 millones de euros (casi 35 millones de dólares) más variables al Udinese, que se decantaba por la superior oferta del Manchester United, pero que al final cedió al deseo del “Niño Maravilla”.

Con apenas unos días en el equipo tras disputar con Chile la Copa América, Guardiola hizo a Alexis titular en agosto en la ida de la Supercopa ante el Real Madrid. Fue un ensayo para lo que se vio el sábado. Otra vez fue elegido para estar desde el inicio en el estadio Santiago Bernabeu, dejando a Villa y a Pedro en el banco. Esta vez marcó y fue clave en el juego del equipo. Además, la timidez la dejó en el vestuario y se lo vio combativo, discutiendo con los rivales y el árbitro, hiperactivo e incluso con exceso de revoluciones. Es la cara B del chileno. A Guardiola no le importó: “Impecable”. Así definió el partido de Alexis, pareja de ataque de Messi y sin puesto fijo. Desde la izquierda lanzó diagonales y buscó siempre la espalda de los dos centrales del Real Madrid, entre los que se coló para aprovechar el pase del crack argentino y marcar el 1-1 en el minuto 30, el cuarto tanto en los tres últimos partidos.

“Buscó entre los centrales siempre y es un hombre al que se le da muy bien buscar los espacios, sobre todo en las bandas. Fue de una gran ayuda para el equipo”, afirmó el entrenador azulgrana, visiblemente satisfecho con el líder en remates ante el arco de Casillas (cuatro) y el primer hombre en presionar a la defensa oponente.

A Alexis le ha costado hacerse con un hueco en el equipo. A la complejidad del refinado sistema del Barcelona se le sumó la ausencia de dos meses por una lesión muscular sufrida el 10 de septiembre. El chileno, que sufrió cinco faltas el sábado, aporta ese cambio de velocidad de un equipo que a veces se ensimisma en el pase. El sábado fueron Alexis, Messi y Andrés Iniesta quienes generaron los goles, superando a los rivales con regate y velocidad en lugar de asociarse con los compañeros. “Es un futbolista que ha encajado muy bien en el vestuario; la mala suerte es que se lesionó al principio de temporada. Alexis es un jugador diferente que nos aporta mucho”, lo alabó recientemente Villa, su rival por un puesto como socio de Messi en ataque. El tercer tanto lo anotó Cesc Fábregas, el otro gran refuerzo de la temporada en el Barcelona. Guardiola no ha repetido once titulares en los 26 partidos disputados en lo que va de campaña, pero cuando reclamó la contratación de Alexis y del centrocampista, parece que el técnico tenía en mente como equipo ideal al que alineó en Madrid el sábado. Con el chileno como clave para descerrajar el armazón creado por José Mourinho.