Los papeles indicaban una tarde tranquila. De los de arriba, Racing tenía el compromiso más accesible y la chance de volver a la punta era bastante concreta. Sin embargo, le salió todo al revés de lo previsto. No sólo que Boca ganó en su visita a La Plata sino que, en una actuación muy falsa, el conjunto de Osvaldo Ardiles cayó 2-0 ante Unión en cancha de Lanús y resignó el invicto que traía tanto en el torneo local como en la Copa Libertadores. De esta manera quedó a cuatro puntos del líder, al que recibirá dentro de dos semanas en Avellaneda.
La idea con que Racing arrancó el encuentro fue no desesperarse y asegurar el destino de cada pase, con la premisa incorporada de que, a la larga, el gol iba a llegar. Pero lo que en un principio parecía una intención saludable, en la práctica se transformó en contraproducente. Los que pasa es que los volantes abusaron del toqueteo, sin adosarle profundidad y, lo que es peor, sin cambiarle el ritmo a las acciones de ataque. Así, cada intento se tornó previsible, sobre todo porque Unión esperaba firme con una línea de cuatro muy ordenada y que no se desacomodaba casi nunca. Por eso, la única vía que encontraron los de Ardiles para generar riesgo fueron los remates de afuera del área.
Ante la actitud asumida por Racing, los visitantes fueron ganando en confianza a partir de la pausa que imponía Capria. Con la tranquilidad que contagiaba el enganche, los santafesinos comenzaron a adelantarse en el terreno, con lo que dividieron la tenencia de la pelota. Sin embargo, esa situación determinó que también dejaran espacios en el fondo, con lo que Racing contó algunas chances, llamativamente, de contragolpe. La más clara fue una corrida de Diego Milito que sacó un derechazo muy violento que rebotó en el travesaño.
Para completar una tarde negra, Racing regaló un gol por su excesiva tendencia a intentar salir jugando desde el fondo. Entre Amarilla y Orozco se entretuvieron con la pelota, Campagnuolo no la reventó cuando podía y el zaguero paraguayo se tropezó ante la presión de Christian Giménez. El ex Boca se enfrentó al arquero, que lo tapó a medias, pero no pudo evitar el pase a Islas. Con el arco vacío, el goleador señaló el primero de su equipo. Tal como lo había hecho ante Boca y ante San Lorenzo, Islas le volvía a convertir un gol a los Grandes.
El segundo tiempo se planteó con un Racing ya más desesperado en su búsqueda, mientras que Unión regaló terreno para aprovechar el contragolpe. Ante ese panorama, el juego resultó entretenido, ya que al posible empate de Racing, se le sucedía una ocasión clara de liquidarlo para Unión. Y en ese ida y vuelta el que primero acertó fue Islas, que desairó dos defensores y metió un derechazo bajo al primer palo de Campagnuolo. Ahí quedó sellada la suerte de Racing, que no tuvo ni tiempo ni ideas para cambiar la historia.