A partir de su buen desempeño, y en especial de sus goles, pareciera que Lucas Albertengo se ha convertido en uno de los protagonistas a seguir con detenimiento en este numeroso torneo. Es que Independiente le ganó bien a Newell’s y el ex futbolista de Rafaela fue un buen aporte desde el juego y desde la eficacia.

Sin embargo, el entusiasmo por la victoria ha dejado de lado otras cuestiones, que si bien no tienen que ver con la competencia, sí deben inexorablemente ser tenidas en cuenta si algún iluso –como quien esto escribe– pretende ir adecentando el común denominador de indecencia que desde hace décadas hace que el entorno del juego sea, por lo menos, malsano.

Independiente está en rojo –y no es un juego de palabras con los colores de su camiseta– desde hace demasiado tiempo, mientras los históricos vinculados con la institución recuerdan nostálgicos la era de “los gallegos”, aquellos dirigentes sabios de otra época que sabían que además de fútbol había que saber de lo inconveniente que resulta comprar sin respaldo.

Pero lo perverso de la cuestión está en que muchos de los que venden, saben que será difícil cobrar. Y no les importa. Es que en el medio están los caranchos...