El impulso que viene teniendo el vóleibol argentino, sobre todo a nivel masculino, se debe en gran parte al trabajo que está realizando Julio Velasco. El experimentado entrenador, que cumplirá dos años en el cargo en los próximos días, aporta toda su jerarquía conductiva para que el plantel pueda posicionarse entre los mejores. En el 2015 se pudo obtener el primer título bajo su mando, consiguiendo la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto, Canadá. Velasco resignó dinero en Irán para hacerse cargo de un seleccionado que buscaba enderezar el rumbo a nivel mundial, a partir de que tenía “una cuenta pendiente” con el país, del cual se fue muy joven para desarrollar su carrera en el exterior. Y de a poco está cumpliendo su meta. El platense logró que Argentina se ubique en el sexto lugar del mundo, y este año tendrá la chance de aumentar más el crecimiento, cuando dispute los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

El prestigio que ha ganado Velasco en la actividad lo obtuvo en Italia, donde arribó en 1983 y se instaló hasta 2008, con un breve paso por República Checa (2001-2003). Sus primeros logros fueron a nivel clubes, y luego al frente de las Selecciones de ese país, la masculina y la femenina. Y haber cosechado títulos del mundo, Juegos olímpicos, y campeonatos europeos, hicieron que tuviera un admirador de lujo: Josep Guardiola. El técnico multicampeón con el Barcelona, y ahora en el Bayern Munich alemán, llegó a pedirle una entrevista cuando todavía se desempeñaba como futbolista, debido al asombro que le provocó la revolución que generó su tarea en Europa. Inclusive, hasta el controvertido Silvio Berlusconi pensó en Velasco para que se haga cargo del plantel futbolístico del Milan.

Con todos sus conocimientos, Velasco provocó que un rival eterno como Brasil ya no sea un obstáculo imposible a nivel sudamericano, y a partir de ahí el resto de las potencias observan al conjunto nacional como un rival de cuidado. Los Panamericanos se ganaron precisamente derrotando a los brasileños en el encuentro decisivo. Eso se sumó al 11 lugar en la Liga Mundial 2015, y al quinto puesto en la Copa del Mundo de Japón, los dos torneos anuales de Selecciones.

Como para entender la metodología de Velasco, el 22 de junio pasado le dijo a Líbero: “Cuando me vaya me gustaría haber dejado algo acorde a como lo encontré. Darle un aporte al vóley argentino. Me daba mucha lástima dejar de entrenar sin darle nada a la Argentina, después de todo lo que la Argentina me había dado. Si logro eso voy a estar contento. Lo que uno tiene que dejar es enseñanza, mejorar el nivel”. A los 63 años, Velasco ya puede despedirse con toda la tranquilidad de que su legado estará intacto.