Cuando Carlos Sánchez se fue a préstamo a Puebla en 2013 y River logró el campeonato luego de seis años de sequía, en mayo de 2014, de la mano de Ramón Díaz, nunca imaginó todo lo que le quedaría vivir con la banda roja antes de que se confirme su vuelta a la Liga Mexicana.

Porque el volante uruguayo volvió recargado desde las tierras aztecas. A su juego le sumó llegada al gol, pique al vacío e incluso la capacidad de cerrarse y jugar como doble cinco. Todo bajo la tutela de Marcelo Gallardo, quien le dio la titularidad y la confianza para que pudiera alcanzar su potencial. Tanto que fue una de las piezas importantes del equipo que se consagró campeón de forma invicta de la Copa Sudamericana en 2014. Ese nivel, además, le permitió a los 29 años hacer su debut en el seleccionado de su país en un amistoso ante Costa Rica. Aunque 2015 fue el año de su despegue. Para confirmar todo lo conseguido la campaña anterior y dar el salto definitivo, el mediocampista empezó a evidenciar su romance con el gol con dos tantos en la Recopa Sudamericana ante San Lorenzo, uno en la ida y otro en la vuelta. Esa faceta continuaría en la histórica obtención de la Copa Libertadores, que cortó una racha de 19 años sin vueltas olímpicas en el torneo más importante del continente. Primero anotó en el empate ante Tigres en la zona de grupos, donde el equipo consiguió una clasificación milagrosa, y luego tuvo el coraje para cambiar por gol un penal decisivo en el Superclásico ante Boca, en el Monumental, por el encuentro de ida de los octavos de final que terminó con victoria 1-0. También abrió la goleada 3-0 ante Cruzeiro, en Belo Horizonte, e incluso dejó su sello en la final ante Tigres, nuevamente desde los doce pasos. Así se ganó su lugar en el equipo ideal de la Copa, en el once que definió el sitio oficial del torneo.

Semejante demostración le valió, además, el llamado de Oscar Tabárez para sus primeros encuentros oficiales en la Copa América con la camiseta celeste. Arrancó como titular en la victoria ante Jamaica y se mantuvo como una pieza importante del equipo que se despidió del certamen en cuartos de final ante Chile. Además, fue convocado para los encuentros de Eliminatorias rumbo al Mundial de Rusia 2018. Por si algo le faltaba, la FIFA lo ubicó en la Preselección de 59 nominados al Balón de Oro junto a las máximas figuras mundiales.

La expulsión ante Huracán en semifinales de la Sudamericana y la derrota ante los cracks de Barcelona con los que había sido distinguido, fueron las únicas manchas de un año de ensueño. Ni contra el Sanfrecce Hiroshima ni ante el equipo catalán en el duelo definitorio, Sánchez pudo mostrar su nivel característico, pero sin dudas deja la institución con la frente en alta y la conciencia tranquila por haber cumplido e incluso superado sus objetivos. Y aunque el presidente Rodolfo D’Onofrio terminó enojado por la forma en la que el jugador de 31 años dejó el club rumbo a Rayados de Monterrey, el motivo fundamental responde a que el conjunto de Gallardo pierde a una de sus cartas ganadoras. Tanto que el diario uruguayo El País lo eligió como el mejor jugador del año, incluso por delante de Tevez.