Por Juan Jose Panno

Suele ocurrir, en el fútbol, que el triunfo del chico sobre el grande alegra no sólo a ese chico sino a todos los demás. Y más aún cuando el grande amenazaba con pasarles por arriba a todos condenándolos a pelear por el segundo puesto. Banfield se convirtió en el gran protagonista del domingo por la hazaña de ganar en el Monumental y comparte la alegría con todos aquellos que tomaron nota de que se puede, que el gigante no es invencible y que en este torneo todo está abierto. Banfield basó su triunfo en una actitud de gran entrega, en la inteligencia para manejar la pelota cuando se dio cuenta de que el rival perdía fuerza y en la gran producción de algunos de sus jugadores.
El mejor de Banfield y de la cancha, la gran figura, fue un ex jugador de Boca, Omar Pérez, en cuya actuación se puede sintetizar el rendimiento de su equipo y la realidad del partido. En la primera mitad del período inicial, mientras estaba más preocupado por contener a Gallardo que por jugar, no anduvo bien; en la segunda mitad, cuando empezó a juntarse con Garrafa Sánchez, levantó su nivel y en la etapa complementaria directamente la hizo de goma.
Banfield tuvo en la cancha a Garrafa, a Bilos, a Palacios y a Bustos Montoya, y sin embargo el más ofensivo, el protagonista de la mayoría de las jugadas de gol, fue Omar Pérez. Lo que sigue es un resumen de su producción en ataque.
1) Apilada con partida en tres cuartos de cancha gambeteando rivales como si se tratara de conos de entrenamiento y remate violento que devolvió Costanzo con gran esfuerzo.
2) Pelota bajada con gran calidad y remate por sobre la cabeza de Costanzo, vencido, que dio en el travesaño.
3) Disparo de zurda desde casi 25 metros, después de matar la pelota con el pecho, a un ángulo. Golazo.
4) Remate de derecha violento, abajo, que no pudo controlar Costanzo.
El otro jugador que sostuvo la victoria del cuadro que dirige Falcioni fue el grandote Daniel Bilos, que es sorprendentemente hábil, pese a que tiene que lidiar con sus casi 2 metros (1,94 exactamente) de estatura. Bilos, además de jugar fenómeno, originó el tercer gol de su equipo con una doble gambeta que le abrió el camino del pase en profundidad que terminó con el centro y el toque de Bustos Montoya. Varios jugadores del equipo banfileño cumplieron con la misión primera de controlar al rival poderoso y desarmarlos; pero los que asestaron los golpes de nocaut fueron Pérez y Bilos.