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Fernando Marín, el presidente de Blanquiceleste, ya no podrá referirse a sus socios con vaguedades, como aquellas que le dijo a este periodista el 10 de noviembre de 2002, durante un extenso reportaje. “Los inversores que tiene Racing son muchísimo más poderosos que yo. Los socios que están en Europa poseen cien veces más dinero que Fernando Marín. Son señores que no tienen nada que ver con el fútbol...”
El empresario que obtuvo la administración de los principales recursos del club el 29 de diciembre de 2000 se vinculó desde un comienzo con el jeque Mohammed Hussein Al Amoudi, director de la off-shore Elmtree y propietario del 48 por ciento de las acciones de la gerenciadora. El viernes, en una conversación telefónica de 15 minutos con Líbero, Marín dio las precisiones necesarias que había omitido en 2002: “Lo conozco porque es el presidente de la principal petrolera sueca. Es nuestro socio original y sigue vigente la relación que, por otra parte, nunca cambió”.
También deslizó que el magnate etíope tendría vinculación comercial con algunas otras compañías en el país y desmintió que Julio Grondona se lo haya presentado a través de la FIFA. “Es una relación nuestra...”, agregó mientras levantaba ligeramente la voz.
Respecto de la sociedad de Liechtenstein denominada Bergo, el publicista negó haberle transferido acciones y sólo se refirió a ella como sus “socios extranjeros”. Asimismo, dijo desconocer las irregularidades que cometió la off-shore de Al Amoudi, que opera a través de Blanquiceleste sin poseer la correspondiente inscripción en la Inspección General de Justicia.
“Yo puedo ser el socio mayoritario o representar a la mayoría, de acuerdo con las circunstancias, pero la sociedad no varió desde su fundación”, completó. Marín no perdió la calma pese a que lo sorprendió el tema de la entrevista. Sólo se ofuscó cuando se le transmitió una versión que circula en el ambiente racinguista y que habla de Diego Simeone como accionista de su empresa. “Eso es un disparate. Lo mismo dijeron cuando contratamos a Ardiles como técnico. Y si se dice que lo del Cholo es porque trabajé con su padre, es otra mentira. Hablé dos veces con él en mi vida y nunca cumplió tareas conmigo.”
Por último, hay que admitir una cosa. El empresario dijo la verdad cuando en 2002 explicó que sus socios eran muchísimo más poderosos que él. En efecto, el jeque Al Amoudi figura en el puesto 293 entre los hombres más ricos del planeta que publica la famosa revista Forbes.