–¿Quién fue el ideólogo de los afiches con cargadas para Racing que aparecieron en Buenos Aires al día siguiente de que ganaran el campeonato?
–Yo no, aunque me hubiera gustado decirle que sí. Porque a mí me gusta la chanza, joder con el fútbol. Me parece que es saludable provocar, que nos carguemos, pero sin violencia. Pero la verdad es que yo no participé de ninguno de los carteles. Sí le dije a uno de los muchachos que me gustaría un afiche que dijera “Los chicos crecen”. Y que tuviera un escudo de Vélez grande y escudos chiquitos de todos los otros clubes: Racing, Independiente, San Lorenzo... nada más que eso. Una boludez.
–¿Ese es el afiche que nunca salió?
–Ese es el que me hubiera gustado a mí para joder un poquito. Nada más.
–¿El título tuvo valor agregado por el hecho de que se lo ganaron a Racing, que está gerenciado por una sociedad anónima?
–No. A mí me gustaría que (Fernando) Marín fuera el presidente de Racing en las mismas condiciones que nosotros. Que tenga las mismas posibilidades, que fuera elegido por los socios, que tenga la parte social a su cargo.
–O sea, bajo el modelo de una asociación civil sin fines de lucro.
–Yo a Marín no lo rechazo, rechazo al modelo. En Vélez debemos rendirles cuentas a los socios, a los dirigentes mismos, ellos no. Van en busca de la plata. Porque cuando venden al crack y les entra dinero, la diferencia se la llevan ellos.
–¿Qué pensó cuando se enteró de que Blanquiceleste tenía como socio mayoritario a un jeque árabe y a un par de sociedades offshore?
–Tuve una sensación malísima. Porque te pone en situación de desventaja. En fin, no quiero herir la susceptibilidad de la gente de Racing, pero no es lo mismo bancar todo un club que hacerlo sólo con el fútbol. Lo mismo nos pasó con Boca, que hizo un fondo de inversión y puso la plata ahí. En Vélez ni se nos cruzaría por la cabeza. Sería cruel si pasara eso.