La FIFA podría expulsar por primera vez a uno de sus más encumbrados dirigentes, a cuatro meses del inicio del Mundial de Alemania, si la Comisión de Etica decide que la falta que cometió el triniteño Jack Warner, vicepresidente del organismo y segundo de Julio Grondona en la estratégica Comisión de Finanzas, amerita la expulsión.

En la semana, el Comité decidió que Warner había violado las normas del Código de Etica de la FIFA, en el sonado caso de las entradas para el Mundial que este diario dio a conocer en enero.

Allí se descubrió que la única agencia de viajes de Trinidad y Tobago que vendía entradas para el Mundial, el primero al cual se clasificó el seleccionado de ese país caribeño, es propiedad de Warner, quien a la vez es titular de la Confut (ex Concacaf) y consejero especial de la Federación de Fútbol de Trinidad y Tobago.

Los tickets que la FIFA cede a cada federación participante se vendían, en el caso del pequeño país caribeño, sujetos a un paquete de turismo por la agencia Simpaul Travel, propiedad de Warner y que regentea su familia.

El Comité de Etica señaló en su resolución que el caso de Warner implica un auténtico conflicto de intereses. Una fuente de la FIFA, citada por el periódico británico Daily Telegraph, señaló a propósito: “Se le hizo saber a Jack Warner tras su papel en la organización del Mundial Sub-17 de Trinidad y Tobago, en el 2001, que no podía continuar con esa suerte de comportamiento (...). El problema es que Warner no cree que haya hecho algo malo y está sorprendido por el ruido que generó este caso: él cree que es un agudo hombre de negocios”. En su momento, cuando se destapó el asunto, Warner había declarado a modo de descargo: “No es un crimen ser exitoso, aun para gente como yo”, había declarado en su momento. La decisión final sobre la situación de Warner se tomará el 16 o el 17 de marzo próximos.