FúTBOL › SCHELOTTO, ADORADO POR LOS HINCHAS
› Por Juan José Panno
Guillermo Barros Schelotto es tan pero tan ídolo de la hinchada de Boca que en la tarde en que Palermo hizo cuatro goles se llevó al final del partido los mayores aplausos, los más intensos, los más sostenidos.
Su nombre, coreado invariablemente cuando juega, cuando va al banco y aun cuando mira los partidos por TV, está asociado a los títulos de la brillante gestión de Carlos Bianchi; a una entrega inclaudicable; a la concreción de goles decisivos en partidos importantes; y fundamentalmente al hecho de que en los últimos tiempos Alfio Basile primero, Ricardo La Volpe después y Miguel Angel Russo ahora lo relegaron a un segundísimo plano. Ya lo dice el manual de lugares comunes del fútbol: jugador que no está siempre es el mejor y mucho más si se trata de un crack idolatrado.
Cuando de vez en cuando le toca entrar, por lo general se muestra lento, impreciso y aunque lo intenta, no puede hacer pesar aquella endiablada gambeta que tanto enloquecía a los marcadores rivales en tiempos no tan remotos. Los hinchas, sin embargo, miran hasta la más floja de las actuaciones con ojos indulgentes. Si, como ocurrió ayer, juega bastante bien y tiene participación importante en los goles, sus acciones multiplican el valor automáticamente.
Ayer jugó un poquito más de un tiempo y entre algunos pases equivocados, gambetas fallida y aislados reclamos produjo todo esto:
- Un pase cruzado a Palermo (que San Esteban debió haber cortado y no cortó) en el segundo gol de Boca.
- Un exacto pase bajo a Palermo, después de una espectacular y sorpresiva entrega de Riquelme, en el cuarto.
- Una buena pisada en el arranque del partido que terminó en foul.
- Un sombrerito a Ormeño.
- Una gambeta en el área entre dos defensores de Gimnasia que pudo terminar en un gol de novela, pero terminó en las manos de Kletnicki.
Más que suficiente para ganarse la ovación de todo el estadio (los de Gimnasia incluidos) cuando el técnico de Boca lo reemplazó a los 7 minutos del segundo tiempo por el pibe Mondaini.
En el momento hasta se podía fantasear con que lo sacaba para preservarlo porque el jueves hay que jugar contra Toluca, pero lo cierto es que Guillermo queda fuera de carrera si están en condiciones Palacio y Marioni. Y aunque no lo diga públicamente, Russo cree que antes que Guillermo hoy tiene prioridad Mondaini y Boselli.
Si Guillermo, con el nivel que tiene hoy jugara todos los domingos en la medida en que se encadenen flojas actuaciones y derrotas las miradas indulgentes se acabarían muy pronto. Es así. Todos lo saben y él primero que nadie. Lo mejor que le puede pasar es que lo pongan de vez en cuando y si es con rivales como el Gimnasia de ayer, mejor. Mucho mejor.
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