Daniel Passarella utilizó 22 jugadores, dos equipos completos en las siete fechas que River lleva jugadas en este campeonato. Un arquero (Ojeda); seis defensores (Ferrari, Sánchez, Tuzzio, Villagra, Lussenhoff, Nasuti), ocho volantes (Ahumada, Belluschi, Ortega, Sixto Peralta, Ponzio, Lima, Augusto Fernández y Abelairas) y siete delanteros (Rosales, Ruben, Zárate, Falcao, Alexis Sánchez, Ríos y Juan Antonio). Después de la fenomenal actuación y la goleada de ayer contra Vélez podría pensarse que finalmente el DT encontró el equipo, pero la verdad es que nada indica que se repetirá esta formación cuando se recuperen Ortega y Rosales y Falcao regrese de su compromiso con la selección colombiana. Es curioso, pero River marcó nada menos que cinco goles en la tarde en que jugaron gran parte del partido el sexto y el séptimo delantero del plantel. Se supone que entre todas las duplas ofensivas, la de Rosales y Falcao es la mejor, pero esto es apenas una conjetura. Ríos (18 años recién cumplidos) y Antonio (19 años) tienen mucho futuro, pero sólo por un encadenamiento de problemas (suspensiones, lesiones, viajes) saltaron de la lista de espera a la cancha. Passarella tiene arquero de sobra (no es un lugar común considerando que están Ojeda y Carrizo); confirmó la base defensiva con los cuatro de ayer; avanzó en la consolidación del medio juego y busca variantes ofensivas. Mientras Passarella busca equipo, encuentra goles. No es fácil elegir el mejor entre cuatro de los cinco que le hizo a Vélez. Descartado el primero, el de Ríos, que fue bueno por la elaboración táctica, pero contó con la distracción de defensores desatentos, los tres de Belluschi y el de Augusto Fernández son serios aspirantes a la corona en un concurso de belleza.

El primero de los de Belluschi, un fierrazo de zurda desde afuera del área que se hizo espectacular con el rebote de la pelota en el travesaño antes de caer como plomo en el arco, estuvo precedido por un caño. Es decir, caño y cañonazo en un combo fantástico. El segundo del ex jugador de Newell’s (no jugaba tan bien desde el verano, ¿será que se calienta cuando sube la temperatura?) fue una vistosa tijera luego de una buena jugada colectiva y el tercero, un hermoso chanfle de derecha con la ayudita de Peratta mal parado. El de Augusto Fernández también fue impresionante por la jugada de precisión que lo anunció y por el terrible bombazo que estalló en un ángulo, superando el vuelo de Peratta.

Passarella seguirá buscando, pero después de la goleada de ayer, sin apuro. Y sin angustia.