Lun 24.03.2008
libero

FúTBOL › SIMEONE Y LOS DILEMAS CON LOS FANTASTICOS LOCALES

Barcelona Plate

› Por Juan José Panno

Si en Boca no juegan Palacio y Riquelme, ya se habla de equipo suplente; si en Independiente no juegan Montenegro y Denis, lo mismo. En cambio, si en River faltan Ortega y Abreu –como ayer–, o Sánchez y Falcao, o Buonanotte y Rosales, da lo mismo. Es que River tiene tanto del medio hacia arriba, que al Cholo Simeone se le mezclan las líneas del dibujo táctico, no se distingue quiénes son delanteros, enganches o mediapuntas, y nadie sabe muy bien quiénes entran a la cancha, quiénes van al banco o lo miran por TV. Ayer se suponía que Abreu iba a ser titular, y en Vélez se preocupaban por su juego aéreo, pero el uruguayo se quedó afuera y los de Liniers tuvieron otras razones muy concretas para inquietarse. El álbum de figuritas rojiblancas está completo con Ortega, Alexis Sáncez, Abelairas, Augusto Fernández, Buonanotte, Rosales, Falcao y Abreu. Salvando las distancias, le pasa lo que al Barcelona con Messi, Ronaldinho, Eto’o y Henry.

Equipo rico

Ayer, el técnico juntó mayoría de pitufos, conformando un cuadrado/rombo con Alexis Sánchez/Buonanotte/Rosales/Falcao, y no le fue mal ni en el resultado (dos goles), ni en la producción (goles al margen, tres mano a mano clarísimos, dos de ellos desbaratados por el arquero). Llegadas, en todos los casos, nacidas de toques veloces y precisos, generados con la cabeza levantada, la pelota contra el piso y la neurona atenta, como pedía Tato Bores. Lujoso, brillante, deslumbrante fue el River de la primera mitad del primer tiempo. Como la pelota casi no salía de los dominios de Montoya, no se advertían grietas defensivas y Ponzio parecía arreglárselas solo para complementar la tarea defensiva de los del fondo. Si River jugara siempre como lo hizo en ese primer tramo será cuestión de darle el título y que los demás jueguen por el subcampeonato.

Equipo pico (y pala)

En el segundo tiempo, cuando Vélez se lanzó con todo con la intención de torcer la historia, Simeone tardó un poco en hacer cambios, pero finalmente empezó a despegar figuritas del álbum: primero se fue Abelairas, más tarde Buonanotte y por último Falcao. En esa segunda etapa las llegadas se redujeron a la mínima expresión, y River sostuvo el 2-0 con el generoso despliegue de Alexis Sáncez, mucha pierna fuerte y algunas buenas atajadas de Carrizo. Apagadas las luces que encandilaban, se convirtió en un equipo más. Si jugara siempre como lo hizo en esa segunda parte se puede suponer que sus chances de ganar este campeonato son idénticas a las de seis o siete equipos que ya están peleando arriba.

Equipo chicle

¿Dónde está el equilibrio? ¿Cómo se hace para espaciar más las llegadas de los rivales sin perder potencial ofensivo? Simeone busca respuestas. Mientras tanto prueba y en los arranques de los partidos se la juega con futbolistas de buena técnica. No espera que le griten envido para echar la falta; va y canta. A veces la voz le sale afinada y todos terminan aplaudiendo. A veces no sale una, se tarda en recuperar la pelota y se limitan las llegadas, y los que aplaudían, putean. No es fácil definir un equipo titular cuando se tiene tanto. Tampoco es sencillo encontrar el deseado equilibrio. Pero tal vez sea sólo una cuestión de tiempo. Los buenos resultados –como el de ayer– ayudan a mantener la calma y a ser pacientes.

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