FúTBOL › A PROPóSITO DE LAS úLTIMAS ACTUACIONES DE RIVER
El nivel de los últimos partidos no fue el ideal, pero los resultados disimularon las falencias. La posición en la tabla sigue siendo privilegiada, pero hay que sostenerla con fútbol.
› Por Adrián De Benedictis
Más allá de que la de ayer fue la primera derrota en el campeonato, este traspié pudo haber sido una alarma para el conjunto encabezado por Diego Simeone. Dejando de lado los últimos dos triunfos, ante San Martín de Perú y Tigre, el nivel que había exhibido el equipo no había sido el ideal. Inclusive, terminó varios compromisos reclamándole el final a los árbitros, en un fiel reflejo de lo mucho que le había costado quedarse con los tres puntos. De esa manera, cuando parecía que había encontrado el camino deseado, como reconoció Simeone luego de golear a los peruanos, River exhibió ayer que todavía no tiene la solidez necesaria para posicionarse con autoridad.
Como, a partir de ahora, se iniciará la etapa decisiva, tanto en el torneo local como en la Copa Libertadores, los pasos en negativo tendrán mayor efecto, por la posibilidad de quedar marginado en alguno de los dos certámenes. Y a partir de la necesidad que tiene el club de conseguir títulos luego de casi cuatro años, todo repercutirá de manera superior.
Por lo que se vio ayer ante Central, el factor fundamental que deberá controlar River es la ansiedad. Tanto el técnico como algunos jugadores mostraron una urgencia llamativa cuando las cosas no salían como estaban planificadas, y como el paso siguiente es la desesperación, el desorden aparece casi inmediatamente, ya sea adentro como afuera de la cancha.
Los mayores cuestionamientos que venía recibiendo el equipo tenían que ver con la falta de lucimiento, un déficit respecto de la historia con la que River se identifica. Y en Rosario, el equipo no fue diferente a lo que venía entregando en estos primeros meses del año, con la excepción de aquellos dos partidos mencionados. En ese sentido, quizá los múltiples diagramas que viene realizando el entrenador no le permitieron todavía poder consolidar el juego requerido. A pesar de que el plantel estuvo ayer cerca de lograr el empate, el desempeño no hubiera dejado muchas cosas para destacar.
River está a tiempo de revertir su realidad y darle una identidad definida a su fútbol, algo que tampoco tuvo en su anterior etapa bajo el mando de Daniel Passarella. El propio convencimiento de los protagonistas es el que tomará un lugar decisivo.
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