Desde París

Roland Garros despidió al carismático brasileño Gustavo Kuerten en una ceremonia de sonrisas, festejos y no pocas lágrimas en el final de su carrera tenística. El ex número 1 del mundo jugó su último punto a las 17.44 de un destemplado 25 de mayo de 2008 en París. Un fallido drop clausuró una década de éxitos que se inició en junio de 1997 con el primero de sus tres títulos en París.

“Esto es mi vida, mi pasión”, dijo emocionado el brasileño al público de la colmada cancha central que lo apoyó de principio a fin, convirtiendo al francés Paul-Henri Mathieu en “extranjero” por un día. “Algunas sensaciones fueron hoy más allá de mis expectativas”, admitió Guga tras caer 6-3, 6-4, 6-2 ante Mathieu, 18º favorito. “El público de pie, aplaudiéndome en un partido ante un francés...”

Tricampeón del torneo, Kuerten acumuló 20 títulos en su carrera, que cierra a los 31 años tras unas últimas temporadas en las que repetidos problemas físicos le impidieron rendir a pleno.

Los 14 años de Kuerten como tenista profesional terminaron con un afectuoso abrazo de Mathieu en la red, mientras el público coreaba su nombre. No hubo espontánea batucada como en 1997, pero las venerables instalaciones en el Bois de Boulogne se estremecieron con un intenso “¡Guga, Guga!”.

Sellada la derrota, el brasileño se sentó por última vez en la silla de un torneo de tenis y escondió su rostro bajo una toalla roja, mientras una legión de fotógrafos inmortalizaba cada instante. Así se cerró su undécima participación en Roland Garros, un torneo que ganó en 1997 sorprendiendo, ya que partía como 66º del ranking mundial. Con sus títulos de 2000 y 2001 en París, el brasileño demostraría que aquel éxito no había sido casualidad.

¿Y ahora? Kuerten no quiere apresurarse. “Quiero parar bien por un tiempo, analizar las cosas con calma. Por este año ya no quiero hacer nada, ya veremos el que viene”, dijo sin dejar de mostrar la sonrisa que durante una década le sirvió para meterse en el bolsillo al público francés.