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Lunes, 27 de abril de 2009

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › EL FRANCéS LOGRó EL QUINTO TRIUNFO SEGUIDO Y EL QUINTO EN ARGENTINA

... Y Loeb corre un cinco por cinco

 Por Pablo Vignone

“La verdad de estos coches de Rally, el secreto de la victoria, no radica en la potencia de los motores –señala Olivier Quesnel, el director deportivo de Citroën–. Porque el reglamento impone una potencia máxima de 300 HP, un límite que se regula limitando la entrada de aire al motor. Lo que hace la diferencia en estos autos son las suspensiones y los diferenciales”. Y Sebastian Loeb, claro, el piloto francés que, de acuerdo a su patrón “es el mejor de la historia y por lejos”.

Pero si el Citroën C4, con fecha de vencimiento a fines de 2010 por el cambio de reglamento, saca ventaja por su diseño, la tradicional arquitectura 4x4 de las cuatro ruedas motrices –que precisa tres diferenciales, uno para cada par de ruedas y un tercero para coordinar los otros dos– le deja paso a otro producto más original: el 5x5. Porque esta victoria de Loeb en el Rally de la Argentina, organizado por el Automóvil Club Argentino, es la quinta consecutiva en la competencia cordobesa; y, también, porque es su quinto triunfo en seguidilla en lo que va del Mundial 2009 de la especialidad, en el que se han disputado cinco pruebas: sí, Loeb está invicto, y de hecho no pierde un rally desde noviembre del año pasado, cuando fue tercero en Japón.

“Yo sé que es aburrido cuando gano siempre –le explica a Líbero–. Pero ¿qué puedo hacer? Mi trabajo es ganar, no perder...”

–¿Se siente imbatible aquí en Argentina?

–No, imbatible no. El primer día tuve que pelear mucho. Desde afuera parece más fácil pero créame que adentro del auto la cosa no es tan sencilla.

–Cinco triunfos consecutivos sugieren que Argentina es uno de sus rallies favoritos.

–Es un rally muy técnico, hay muchos tipos de caminos, hay que pelear mucho con el auto. Es muy excitante. Me siento bien aquí.

Este triunfo, el 52º de su campaña, pone de manifiesto la crisis del Mundial de Rally. La hegemonía de la dupla Loeb-Citroën contribuye a dañar la ya castigada salud de la disciplina. Sus principales rivales, los pilotos oficiales de Ford, aquí fueron derrotados por los pilotos B: Henning, Solberg, Villagra, Wilson. Los fanáticos cordobeses entienden eso y por eso registraron la menor marca de asistencia a las rutas en los últimos tiempos. El rally tiene que cambiar o morirá. Loeb no es culpable de no tener oposición su altura, y quizás sea el único que emerja sin heridas de este drama. “Lo lamento por ustedes”, se sinceró Quesnel ante Malcolm Wilson, el director deportivo de Ford, tras el 1-2 de la casa francesa. Hay que lamentarlo por el futuro del rally.

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Loeb celebra con su coequiper Elena un nuevo triunfo.
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