Marcos Ligato, el dueño del Tango Rally Team desde que su ex socio David Nalbandian se desvinculó del equipo a principios de año, terminó tercero en el Grupo N de Producción, detrás del príncipe qatarí Nasser Al-Attiyah (Subaru, 7º en la general) y el cordobés Juan Marchetto (Mitsubishi del equipo de Villagra, 8º al final), y se mostró defraudado por la actitud del organizador, el ACA, después de que desclasificaran a cuatro de los ocho autos del equipo por un problema técnico, los de Madero (puntero tras la primera etapa), Campos, Cantón y Elvira. “Me pidieron que inscribiera más autos en el Rally porque había pocos anotados, y los autos que echaron tenía guardabarros y capot de fibra, como en el campeonato argentino, en lugar de aluminio, porque hay una diferencia de 10 mil dólares y se hace imposible correr –reflexionó con amargura–. Los autos pasaron así la revisión técnica y pudieron largar. Me dijeron que habría flexibilidad y después los desclasificaron... No puedo hablar de fraude, no tengo nada firmado, pero el año que viene anoto sólo mi auto”, monologó el cordobés, décimo en la clasificación general, quien aclaró que “el Tango soy yo desde hace tiempo, Nalbandian ya no tiene nada que ver”. El equipo cordobés parece asociado a la polémica. El jueves había sido multado por usar cubiertas no autorizadas en las pruebas. Todavía se recuerda el escándalo de la expulsión del Mundial de Grupo N de 2006, en Australia, cuando estaban auspiciados por el gobierno de Córdoba y los coches que le alquilaban al equipo italiano Top Run fueron descubiertos usando una entrada de aire al motor más grande de lo permitido. El ACA declinó comentar las apreciaciones de Ligato.