FúTBOL › OPINIóN
› Por Daniel Guiñazú
Además de la victoria, lo único positivo que dejó el triunfo de la Selección ante Colombia fueron las declaraciones que hizo Diego Maradona al término del encuentro. Que el técnico haya reconocido con inusual honestidad que se equivocó al colocar a Fernando Gago como volante por la derecha y que la actuación de la primera etapa lo llenó de una rabia que estalló en el vestuario durante el entretiempo, dan la pauta de que no quiere engañarse y que está dispuesto a aprender de sus errores.
Pero esa pública admisión no lo disculpa de los yerros cometidos. El equipo estuvo mal armado desde el principio. Y no lo pagó con una derrota o, al menos, un empate porque los colombianos carecen de potencia ofensiva. Marcaron sólo un gol en los últimos ocho partidos por las Eliminatorias y lo están pagando con la posibilidad cierta de volver a quedarse fuera de una Copa del Mundo, como les viene sucediendo de 2002 a la fecha.
Diego se equivocó varias veces. Por empezar, los ensayos no se hacen en los partidos. Para eso está el trabajo de la semana en Ezeiza. Y si él entendía que Gago podía jugar en una posición y en una función que no le son habituales, debió haberlo probado en la privacidad de una práctica y no ante 50 mil espectadores. Maradona sometió al volante del Real Madrid a un sacrificio inútil. Porque, además, cualquiera que observe fútbol con cierto discernimiento y poder analítico podía darse cuenta de que Gago no tiene la dinámica y el despliegue que se requieren para jugar por los costados, sobre todo cuando su equipo decide defender con línea de tres.
Si algo ha llegado a ser en el fútbol, Gago se lo debe a la elegancia y la justeza de su toque de pelota y a su capacidad para ir a buscar las devoluciones. En el Real Madrid debió sumarle carácter y marca a su juego, pero sin resignar calidad, y eso lo afirmó como titular en la Selección, al lado de Javier Mascherano. Precisamente, hasta el propio Mascherano tiene más oficio para desempeñarse sobre la banda derecha. Pero Diego entendió que esa zona era para Gago y terminó incinerándolo. Gago fracasó en la marca, no le dio salida al equipo en ataque y su cambio por Zanetti se pareció a un público pedido de disculpas por parte de Maradona.
Pero Diego también se equivocó armando una línea de tres sin volantes por los costados. Quedaron claros los problemas que tuvieron Cata Díaz, Demichelis y Heinze cada vez que tuvieron que salir a marcar a Zúñiga, Marín, Falcao y Rentería. Allí, desde el inicio, debieron haber estado Zanetti y Papa, y no Gago y Jonás Gutiérrez. Defender con tres es, en verdad, un engaña-pichanga. Los equipos que ponen tres marcadores centrales, cuando pierden la pelota terminan defendiendo con cinco porque bajan a marcar los dos volantes laterales. La Selección lo hizo mal y con quienes no están habituados a hacerlo, y por eso fue tan fácil quebrarla por los costados.
Contra lo que la mayoría dijo, no fue un error haber puesto juntos a Messi, Agüero y Tevez. En todo caso, Maradona deberá evaluar para el futuro si pueden hacerlo juntos y si sus condiciones, lejos de sumarse, no se restan. Las equivocaciones fueron las que ya se apuntaron. Y Diego deberá aprender de su experiencia para no reiterarlas, ahora que se vienen tres partidos bravos ante Ecuador, Brasil y Paraguay, y cuando falta un año exacto para la gran cita del Mundial en Sudáfrica.
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