San Lorenzo demostró ayer que mientras es uno de los equipos ubicados en los cuartos de final de la Copa Sudamericana, también buscará quedarse con el torneo Apertura. La victoria ante River lo ubicó a sólo tres puntos del líder Estudiantes, y su buen presente futbolístico no quiere detenerse. Si bien el plantel conducido por Diego Simeone no ofreció un juego brillante, le alcanzó con poco para superar a un rival que atraviesa una crisis de identidad enorme. En apenas tres minutos San Lorenzo dio vuelta el resultado, cuando aprovechó un momento de descontrol de River, que se quedó con un hombre menos por un golpe de puño de Cabral sobre Jonathan Bottinelli, el hombre más destacado del encuentro.

Hasta este lapso del juego, River había mostrado más orden en la mitad de la cancha, y con el despliegue de Almeyda y la movilidad de Buonanotte mantenía el control y el resultado a su favor. Pero todo se desvaneció en ese final, donde hasta desperdició una gran chance de Cristian Fabbiani para volver a ubicarse adelante, pero el delantero definió con un taco muy débil que permitió la recuperación de Migliore.

El arquero de San Lorenzo fue otro de los protagonistas de la tarde. Primero le cometió un penal innecesario a Villalva luego de una entrega corta de Pintos, y permitió que Buonanotte marcara el gol a los 30 minutos del primer tiempo. Luego apareció en el descuento del partido para tapar dos tiros del propio Buonanotte y así evitar el empate del adversario.

El local aprovechó aquella reacción de Cabral y Romagnoli igualó con otro penal. Y finalmente Romeo, quien había desperdiciado varias ocasiones, marcó el segundo gol con un cabezazo al lado del palo, luego de recibir la pelota por un envío de Rivero desde la derecha.

La explosión y el delirio se apoderaron de todos los hinchas de San Lorenzo, quienes recordaron los goles de Bergessio que eliminaron a River por la Libertadores del año pasado. Y toda la decepción fue de los de Núñez. Una vez más.