Boca no sólo exhibió puntos positivos en ataque sino que también lo hizo en uno de los aspectos más cuestionados: el defensivo. El equipo volvió a mantener el arco en cero, al igual que ante Chacarita, y a partir de ahí fue ganando seguridad en todas las líneas. El arquero Abbondanzieri fue respaldado en todo momento por el público y recibió una gran ovación cuando le tocó rechazar uno de sus mayores temores, el tiro libre. Neira ejecutó una falta a los 66, y Abbondanzieri, que había ubicado a Medel al lado del palo luego de los últimos antecedentes (tres goles de tiro libre en cinco partidos), reaccionó a tiempo. Con el regreso de los paraguayos Cáceres y Morel Rodríguez como marcadores centrales, Boca también pudo mostrar firmeza en esa zona, y los laterales se sumaron para cumplir sin errores.

Todo eso se simplificó por la escasa presencia en ataque de Gimnasia, que si bien venía de convertirle cuatro goles a Huracán, no pudo siquiera generar peligro serio en el área de Boca. La jugada más clara sucedió a los 52 minutos, cuando Vizcarra quedó mano a mano con Abbondanzieri, pero no pudo ante el arquero local. En la primera parte, Vizcarra nuevamente protagonizó la mejor acción para igualar el resultado, pero no le pudo pegar bien a la pelota y todo desembocó en un rechazo de Cáceres. Eso fue todo lo que dio Gimnasia en la cancha de Boca, muy diferente a lo que realiza cuando juega como local, donde el equipo parece jugar con mayor desenvoltura y sin tantas limitaciones.