La definición del Super Ocho repitió la final de la última Liga Nacional disputada en mayo. Anoche, en el Polideportivo de Mar del Plata, el campeón reinante, Atenas, definía el título del certamen ante el actual subcampeón, Peñarol, aunque con dos protagonistas vitales en lugares diferentes. Por un lado, Leonardo Gutiérrez, pieza clave en el título de los cordobeses, cambió de vereda y ahora es uno de los puntales de Peñarol, líder de la actual edición de la Liga. Con su aporte de 24 puntos, el campeón olímpico guió a su equipo a la final en el triunfo 78–65 sobre Sionista. Y por otro, Rubén Magnano ya no estuvo en el banco de Atenas, luego de su sorpresiva renuncia del viernes por la noche, tras la victoria ante Obras en el debut en el torneo. Su lugar ayer, al igual que contra Boca en la semifinal, lo ocupó su ayudante Alejandro Lotterio, pero el reemplazante definitivo quedó determinado por la tarde, cuando Oscar Sánchez firmó su contrato con el presidente del club cordobés, Felipe Lábaque. Tras la partida de Magnano, los dirigentes verdes se movieron rápido y el sábado mismo se reunieron con Sánchez, que de esta manera regresará al equipo con el que logró el título en la temporada 2002/2003.