Una ráfaga de 15 minutos le bastó a River para llevarse la victoria. Luego de una etapa inicial a pura ansiedad y sin ideas, y cuando los nervios comenzaban a jugar su partido, Erik Lamela en primera instancia, y Paulo Ferrari después, durante el primer cuarto de hora del complemento, le dieron la ventaja definitiva 2-0 sobre Huracán. Así, las tres unidades cosechadas en el Monumental extendieron la distancia del equipo de Núñez a siete puntos por encima de los de Parque Patricios. Siete puntos alejados de la zona de la Promoción...

Días antes del encuentro, el entrenador de River fue claro: “Hay que evitar que la impaciencia nos complique si no convertimos en los primeros minutos”. Y vaya si tuvo razón. Desde el comienzo, Huracán mostró que tenía el libreto bien estudiado. Durante el período inicial se dedicó a cortar toda aproximación del conjunto local. De la mano del binomio Darío Soplán-Rodrigo Battaglia, el elenco de Brindisi anuló el mediocampo de River y no le permitió construir el camino a la victoria. La dupla juvenil esfumó con una sólida defensa cada intento que pudieran generar tanto Erik Lamela como Lanzini. Los de Núñez dependían de lo que armara Walter Acevedo.

Además, Mariano Pavone se desvanecía ante una férrea zaga central visitante, que lo controló en todo momento y no le brindó espacios para que consiguiera desnivelar. Huracán jamás llegó durante el primer tiempo al arco de Chichizola, pero sabía a la perfección a qué había ido al Monumental. Así, la igualdad en cero comenzó a hacer mella en el ánimo de River, que sin ideas se consumía en nervios. El temor de López se hacía realidad.

Pero todo cambió en el complemento. Huracán quiso más. Brindisi decidió agregar un delantero a su esquema. Y la apuesta le salió mal. A los 50 minutos, Pavone generó el espacio y combinó de taco con Lamela, quien luego de desprenderse por primera vez en el partido de la marca tediosa de Soplán, abrió el marcador. Diez minutos después, con el visitante desorientado, River invirtió los roles, y Lamela dejó libre a Pavone. El delantero envió un centro que cabeceó Ferrari sin resistencia. El 2-0 destruyó la estructura que había impuesto Brindisi.

A partir de ese instante, el resto del encuentro estuvo de más. Solamente quedó tiempo para un intento de reacción del visitante, pero la falta de puntería de Cámpora y de Guerra selló el resultado final. River ganó en el Monumental y comienza a desandar el camino en el que intentará dejar de pensar en el promedio para buscar algo más.

Informe: Matías Quercia.