- Independiente no necesitó mucho para ganar. Le bastó con orden, sujeción a un plan cauto y los intercambios posicionales entre Villafáñez y Parra. Aprovechó al máximo sus oportunidades; eso fue todo.

- Estudiantes arrancó mejor los dos tiempos. Pero fue perdiendo precisión y control de la pelota hasta terminar enredado en una madeja de nervios e inseguridades.

- Más que futbolísticas, las grandes diferencias fueron de confianza. Independiente volvió a creer en sí mismo. Estudiantes ha dejado de hacerlo y por eso sufrió su quinta derrota como local.