Cientos de cristales y piedras quedaron desparramadas por la Avenida del Libertador como huella del paso de los grupos violentos de hinchas, a la salida de la cancha de River Plate. Al menos seis locales, entre Congreso y Ugarte, sufrieron ayer grandes destrozos en las vidrieras, y algunos incluso, como un minimercado, fueron saqueados. Horas después de los incidentes, los patrulleros trataban de devolver la tranquilidad a la cuadra, que quedó con montículos de pedazos de maderas, latas y hasta computadoras incendiadas, veredas con vidrios y comerciantes indignados. “Era impresionante, se escuchaba que estrellaban los vidrios (de los locales). Rompieron todo y después lo empezaron a quemar”, contó uno de los tantos vecinos que salieron a la calle para saber qué había pasado en su barrio.

La cortina blanca del minimercado de Libertador al 6600 quedó levantada con los vidrios rotos y cajas de golosinas, verduras y otros productos tirados sobre la vereda, que a su vez, estaba repleta de pedazos de vidrios de uno de los refugios de la parada de colectivos. “‘Sacá los vinos’ se escuchaba que gritaban”, contó una vecina, que vive al lado del local y sintió cómo rompían el lugar. “Del cordón de la vereda sacaron piedras y tiraron cascotes a la puerta, bajé a ver, pero llegué hasta la escalera”, describió en la puerta de su casa, donde los agresores no pudieron ingresar. En esa misma cuadra, una farmacia, una casa de seguros y un local de hidromasajes también fueron afectados.

De la vereda de enfrente, gran parte de la vidriera de un local de venta de maderas quedó hecha trizas. Incluso, un poste indicador de las calles estaba incrustado en el local, donde no había quedado nada. “Robaron televisores y computadoras. Juntaron volquetes de basura, ponían maderas y los prendían fuego. Se ensañaron con las propiedades de los vecinos”, relató Alberto, que desde su casa sobre la avenida, escuchaba el griterío de los hinchas que salían del Monumental.

“Con palos quisieron abrir la cortina del local. Teníamos miedo. Pusimos la bandera de River, para que vieran que somos del club, pero no les importaba nada”, relató a este diario Raúl, propietario de un quiosco de la cuadra. María, que también estaba trabajando en el lugar cuando empezaron los incidentes, describió que los agresores “tiraban piedras al negocio”, pero rebotaban en el fierro de la cortina. “Creo que fuimos los únicos que nos salvamos”, dijeron.

En los alrededores de esa cuadra, la más afectada, había otros locales dañados, objetos quemados y volquetes de basura derretidos que quedaron amontonados en una de las esquinas. Con caras largas y sin muchas palabras, los comerciantes chequeaban los daños, sacaban los vidrios rotos, y barrían dentro de los locales, para ver cómo empezaban hoy la semana laboral.

Informe: Soledad Arréguez Manozzo.