- El orden que el equipo santafesino exhibió en todas sus líneas. Los de Sensini, a media máquina, no pasaron sobresaltos y dominaron a piacere el encuentro, en todo momento.

- La contundencia ofensiva de Colón. En tres contragolpes hechos a la perfección, los santafesinos aprovecharon las falencias de una defensa siempre mal parada y liquidaron el trámite en apenas media hora.

- Las dos oportunidades claras que perdió Banfield en el comienzo. Quizá la historia habría sido otra si Facundo Ferreyra hubiera anotado alguno de los dos mano a mano que tuvo en los primeros cinco minutos.