River volvió a perder terreno en su lucha por acercarse al título, y otro rendimiento desparejo le impidió ganar nada menos que ante Boca. En esa exhibición colectiva poco convincente, Cristian Ledesma fue apenas el que pudo sobresalir sobre el resto. El volante central se las ingenió para distribuir la pelota con claridad cuando pudo prevalecer en esa zona, y fue el que interpretó mejor de qué manera se podía desequilibrar ante su adversario máximo: tocando con rapidez para generar los espacios que le permitieran avanzar en el campo.

Ledesma tuvo que hacer un gran despliegue en esa porción de la cancha, debido a que Ponzio jugó muy por debajo de sus posibilidades. El capitán volvió luego de una lesión y se lo notó falto de ritmo. Si bien se movió por la derecha, le costó acomodarse para encontrar su lugar en la cancha. Encima, su pegada tampoco fue aprovechada y cuando ejecutó un tiro libre, tiró la pelota muy lejos.

Sánchez aportó poco. En la jugada del gol lanzó el centro para el cabezazo de Lanzini, y luego no gravitó. Incluso desperdició una gran chance para aumentar la ventaja, pero la pelota se fue al lado del palo. El autor del gol hizo solamente eso: cabeceó muy bien a los 45 segundos para cruzar la pelota, pero luego no pudo convertirse en el conductor que River necesita para disputar con posibilidades el certamen.

El gran inconveniente que viene acosando al plantel es la falta de contundencia de los delanteros. En este caso, ni Funes Mori ni Iturbe pudieron inquietar con seriedad a Orion, y las veces que tienen las oportunidades para convertir, no las aprovechan. El primero dejó pasar su mejor opción luego de capturar un rebote, después de un tiro libre, y su remate se fue por arriba del arco. Iturbe participó más cuando se movió por la izquierda, encarando con facilidad, pero las jugadas no eran bien finalizadas, ya que demoraba mucho en la entrega de la pelota.

Cuando ingresaron Mora y Luna tampoco pudieron exigir en ataque, debido a que no lograban precisión en los contraataques.

La defensa de River no transmitió inseguridad, aunque cometió algunas desatenciones. El colombiano Balanta continúa afirmándose en su puesto, y volvió a ser el más seguro. González Pírez lo acompañó bien, a pesar de que cometió varias infracciones cuando salió a cortar lejos del área.

Los inconvenientes estuvieron en los laterales. Mercado no se proyectó como lo hace habitualmente y tuvo problemas para detener tanto a Zárate como a Erviti. El ex Racing estuvo demasiado nervioso en algunas situaciones, y recibió una amonestación por excederse en la marca. Vangioni tampoco mostró su mejor versión y, al igual que Mercado, se complicó en la contención de Ledesma y Marín, quienes se juntaban por ese lado. Además no se mostró como salida y River lo sintió.

Barovero apareció en forma positiva en tiempo de descuento, para evitar la derrota ante un anticipo del chico Escalante luego de un corner. El saldo negativo fueron malas entregas a sus compañeros. Como todo River, la irregularidad le volvió a jugar en contra.