RESEñA
La vida te da sorpresas
El presidente inesperado
(el gobierno de Kirchner
según los intelectuales
argentinos)
José Natanson
Homo Sapiens
Rosario, 2004
134 págs.
Por Leonardo Moledo
Es posible que a futuros lectores y lectores actuales de este libro de José Natanson, periodista político de Página/12, el “presidente inesperado” los haya sorprendido tanto como al que escribe esta reseña que, haciendo honor a una tradición cultivada por Julio César, se nombra en tercera persona. Es un fenómeno al que ciertos sectores progresistas, de izquierda (e incluso de derecha) se están acostumbrando, pero que no necesariamente consiguen conceptualizar y sobre el cual es difícil hacer pronósticos (¿veranito? ¿pura casualidad?). El libro que aquí se reseña reúne entrevistas (publicadas ya en este mismo diario) a 22 intelectuales y académicos que analizan las principales medidas y los rasgos fundamentales de la personalidad política de Kirchner. Hay de todo: sociólogos y politólogos, pero también economistas, filósofos, historiadores y ensayistas.
También hay algunas ideas interesantes y las miradas coinciden en ciertos puntos esenciales. Beatriz Sarlo, por ejemplo, compara a Kirchner con Chacho Alvarez, que hizo una conversión completa al republicanismo progresista, y concluye que “la realidad parece darle la razón a Kirchner, que no rompió con el peronismo, y no a Alvarez”. Desde un lugar diferente, el sociólogo Marcos Novaro llega a una conclusión similar: “Uno tiene que postergar el deseo de que exista una fuerza de izquierda representativa, democrática y capaz de gobernar al menos algo, frente a un gobierno que recupera condiciones mínimas de vida y calidad institucional, aunque esto nos condene a ser parias sin partido por un tiempo”. Casi todos los entrevistados se quejan del exceso retórico de Kirchner, especialmente en relación con la negociación de la deuda. “No conviene provocar al tigre con la vara corta”, sostiene Carlos Altamirano, un ex maoísta que cita a Mao. Otro punto en común es la visión sobre la evocación setentista. Nicolás Casullo, por ejemplo, asegura que el Presidente “pone a los ‘70 en un campo nuevo, en el campo de la política”. Altamirano coincide: “Es una versión generacional estilizada, en la que Firmenich, por ejemplo, no tiene ningún lugar”. Algunos entrevistados no terminan de definir sus ideas, y en algunos casos sus intervenciones son decididamente borrosas; al fin y al cabo, el primer año de gobierno estuvo caracterizado por el vértigo administrativo, pero sostenido por una coincidencia básica con la mayoría de los entrevistados. Como aclara en el prólogo el autor: “(Kirchner) ubica ahí, en el golpe del 24 de marzo de 1976, el comienzo del proceso de la decadencia social, económica y política de la Argentina”, que es, y es preciso decirlo, el justo leitmotiv del progresismo argentino, generador de discurso, pero también bloqueador de un discurso que no va demasiado más allá y que no logra articularse con propuestas y/ o prácticas razonables, que contemplen a la vez la realpolitik y una comprensión de la historia total de la cual probablemente estemos lejos. Al fin y al cabo, el golpe y los años siniestros de la dictadura no ocurrieron sobre un vacío político, sino que ya se estaba excavando con fruición el abismo que devoró a la sociedad y sólo dejó restos que serían alegremente almorzados durante los noventa.
Es por eso que el libro de Natanson admite una segunda lectura: lo que los intelectuales dicen dice sobre los intelectuales. Salvo especiales y naturales excepciones, no parece haber en la intelligentzia argentinapensamiento verdaderamente profundo, pensamiento estructurante, que apunte a construir (o reconstruir) el espinazo de una cultura; en raras ocasiones se alude a las fuerzas estructurales de la sociedad, su transformación y su estado, aunque afortunadamente se percibe ya que la dosis de voluntarismo ha cedido. Hasta podría concluirse que Kirchner no fue tan inesperado, después de todo. Quizá lo inesperado sean los intelectuales. Se recomienda. Acompañar con cordero patagónico.