Domingo, 18 de enero de 2009 | Hoy
FILOSOFíA
Pierre Legendre es un filósofo poco difundido aún en la Argentina y dedicado a pensar el mundo actual desde la ciencia, la tecnología y la economía. La publicación simultánea de varios de sus trabajos, incluyendo ensayos muy recientes, permite una provechosa introducción a su pensamiento.
Por Jorge Pinedo
La fábrica del hombre occidental
Amorrortu
62 páginas
Lo que Occidente no ve de Occidente
141 páginas
Dominium Mundi
102 páginas
El Tajo
108 páginas
Sin ser un pleno desconocido por estas playas, Pierre Legendre (Francia, 1930) es un pensador cuya profundidad ha sido recorrida casi exclusivamente por la psicología forense (principalmente Roberto V. Saunier), los teóricos del Derecho y un puñado escaso de filósofos como Enrique Marí, quien cultivaba ambas asimetrías. Generador de una corriente histórica capaz de incorporar conceptos del psicoanálisis y de la antropología, a partir de sus tesis de 1963 sobre Derecho romano y canónico desarrolló un bagaje conceptual que se fue convirtiendo en una suerte de escuela de la interdisciplina para las ciencias sociales. Legendre hizo de su aparato reflexivo una institución, en especial a partir de su tarea en la Unesco, entre otros cargos destacados. Tan intensa actividad hizo que se priorizaran su textos específicos, de contundente relieve técnico, mientras toda una faceta dedicada, más que a la divulgación, a la extensión del pensar hacia áreas escasamente abordadas por el ámbito científico, quedó relegada.
Precisamente, Legendre teoriza el mundo actual desde un campo delimitado por la ciencia, la tecnología y la economía, dentro del cual torna asequibles diversas facetas de la vida cotidiana que, por hallarse frente a los propios ojos, muchas veces pasan desapercibidas. Sin mezquinar ni agotar medios, se vale de todas las herramientas a su alcance en la provocación reflexiva, desde charlas a niñitos hasta documentales, artículos o programas televisivos. Esta perspectiva poco divulgada en habla hispana es la que le dedica la colección Nómadas, al presentar de un plumazo cuatro producciones de Legendre, incluyendo algunas de las más actuales. Todas traducidas en forma impecable por Irene Agoff, incluyen revisitas a los procesos de construcción de Occidente, con el contingente crítico necesario a fin de desmenuzarlo. Restaurar la duda, examinar las ignorancias, superar las creencias oscurantistas que cortejan a las ciencias, en fin, propulsar un pensamiento aparte de toda consigna es La fábrica del hombre occidental, trama que sirvió para la confección de un film documental de 1996. A través de las mutaciones del lenguaje que incorpora términos provenientes del comercio (“management”, “eficiencia”, etc.), Legendre disecciona la puesta en escena de la (ultra) modernidad en la que se representa, desplazada, la mítica trama del parricidio. A modo de ejemplo, “El hombre homicida”, texto que le sigue en el mismo volumen, relata la irrupción de un hombre armado hasta los dientes en la Asamblea de Quebec, donde procura asesinar al primer ministro, pues éste “tenía la cara de mi padre”. Truculencia condimentada con todos los ingredientes de la época –transmisión televisiva, balazos, sangre, drama familiar, hecho político, ajenidad, alienación, autorreferencia– se hace paradigma digno de ser desmenuzado.
En las conferencias realizadas en 2003 en la Universidad de Tokio (Lo que Occidente no ve de Occidente), Legendre recorre el “sistema de indagación” del aparato colonial europeo que “filtró por el saber científico su expansión geográfica”, mediante el cual (aún) se pretende fundar un pensamiento universal. En la perspectiva de considerar las sociedades como textos, echa mano de la metáfora del espejo a partir de Borges, principalmente, aunque sin dejar de referir a Rimbaud, Conrad o Tanizaki. En el reflejo etnográfico, descubre cómo “Occidente no ve ni acepta más que una parte de sí mismo; la otra parte le es ajena, le repele; se le sustrae, y quienes se hacen cargo de esto indecible son las artes, la música, la poesía”.
Globalización, tecno-ciencia-economía y esa red no menos difusa que volátil, capaz de alinear culturas según la maqueta euroamericana, son los ejes de Dominium Mundi - El Imperio del Management, base de otro documental de 2007. Se describe y analizan las prácticas de expansión combinadas con las de rivalidad entre naciones, cuando arriban a un punto no negociable y la legislación mundial pasa a ser desplazada por la impronta de la Organización Mundial de Comercio. Refeudalización planetaria sostenida en una Nueva Naturaleza, compuesta por la economía, la ciencia y la técnica, desarrolla hasta el paroxismo los dispositivos generados hace un milenio por la Iglesia de Roma a través de sus normas jurídicas y cánones.
Finalmente, en El Tajo se reproduce una conferencia de Legendre a los adolescentes preuniversitarios en el que retoma la temática de los tres libros anteriores y los relanza en otro nivel de reflexión con el desenfadado propósito de propinar una marca (de ahí el título), de esas que se aprecian en el sujeto cuando se observa a sí mismo. Apunta a revalorizar “la curiosidad en la búsqueda del saber, hipotecada por la reivindicación de una ciencia totalizadora, siempre a un paso de expandirse en forma de efectos totalitarios”.
Jugado, audaz, riguroso, el autor siembra el campo de dudas variopintas en un lenguaje sin manierismos.
Cuatro pequeños libros de bolsillo, que constituyen una colección en sí misma, aportan la visión de un pensador inusual al folklore académico. Mirada que, a la vez, se aparta del bagaje conceptual por el que el propio Pierre Legendre ha sabido erigirse como una voz con peso específico.
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