En la profunda frase de Richard Dawkins que elige Gustavo Nielsen como epígrafe de su más reciente novela, está sintetizada la expectativa depositada en la narrativa que rige nuestra costumbre de otorgarle causalidad al relato que llamamos vida. “La vida es simplemente un medio para reproducir el ADN.” Como si Nielsen hubiera desprendido de la mirada de Dawkins un paisaje desolador y absurdo, arma una historia de un amor que se novela entre descripciones y reflexiones de la era post-genoma, si algo llamado así existiera.

Dos clones con ánimo de amar, pero que se enfrentan con muchas dificultades, protagonizan la trama de El corazón de Doli. Víctor es un clon de reserva, quien lleva una vida con pocos riesgos, y está siempre alerta y listo para servir a su hermano por si le falla algún órgano. Como si ser una copia de seguridad no fuera humillación suficiente, Víctor trabaja en una mala copia de las hamburguesas del payaso. Entre la grasa donde se cocinan las papas fritas y donde se reproducen hasta la parodia las hamburguesas de pollo, conoce a Dolores, una poeta que no lee. Ella no tiene certeza de su origen genético, pero es igual a su madre hermosa sin la sonrisa que le da la belleza. Esa versión lavada de diosa de barrio es la que motiva a Víctor a tratar de vivir una vida auténtica y a desafiar a los protagonistas del mundo que lo oprime.

Los vericuetos amorosos y de familias que se cruzan en un pueblo, a tono con toda la tradición popular pero aggiornada a la tecnología, son más o menos predecibles en lo que a un melodrama respecta. Pero no por eso se pierde la intensidad de la sorpresa cuando la novela llega al punto cúlmine de tragedia amorosa. Lejos de demostrar intenciones de sostener una intriga, Nielsen recorre los tópicos más reconocibles de una sociedad in vitro que intuyó Aldous Huxley, y la decadencia biológica y cultural de los contrafácticos de Philip K. Dick. En ese horizonte de expectativa surgen las preguntas alrededor de la copia y del original, que seguro hacen eco en la experiencia literario-editorial del autor.

El corazón de Doli Gustavo Nielsen El Ateneo 283 páginas

Con más densidad surgen las descripciones del estado de artificialidad de la sociedad contemporánea, que no se pueden reducir aquí a una mera descripción. Se podrían enumerar lugares comunes como la degradación de la producción de alimento en el mercado mundial dominado por cadenas de comida rápida. También se podría mencionar, con la misma falta de eficacia, la necesidad de descendencia análoga a la necesidad de poseer algún objeto del mercado. Y la enumeración podría seguir divagando por la imagen de una masa anestesiada por los dardos de las estrategias de marketing, pero ni en la acumulación de descripciones se lograría el efecto del escenario que monta Nielsen en esta novela. No se trata solamente de un trasfondo asfixiante, sino de una acertada reproducción de la sensación de irrealidad y de extremo realismo que conviven en la percepción contemporánea. Así como la ciencia ficción en el cine logró capturar mejor los ambientes de las novelas del género más que la capacidad para poner a prueba la racionalidad del lector en el relato, esta novela logra ambientar un recorrido denso e irreproducible por una sociedad dominada por la copia y la reproducción en masas.

Los lectores de Nielsen encontrarán el estilo que lo caracteriza para llegar con facilidad desde el espanto al humor, y transitar la zona con equilibrio. El estilo parece buscar las mezclas que hacen ruido, impactar al lector superponiendo comodidad con displacer. El recurso siniestro tal vez se agota para dejar paso a la mirada más densa de la novela, sobre un mundo transfigurado por las pesadillas de una genética manejada por la idiotez.