La práctica del fútbol y las decisiones políticas van de la mano en cada momento histórico. Muchas veces los actores centrales del deporte son parte de una red más compleja e inasible. En esta obra se analizan palmo a palmo los relatos sobre el fútbol y las condiciones en que se desarrolla. Pero, vaya paradoja, aquí sociólogos y científicos sociales ponen la lupa en acontecimientos fuera de lo común: el Mundial como un hecho cargado de ritos y simbologías. Si el Mundial de 1978 puede tener varias aristas para contar en este libro, los trabajos publicados sobre el tema se llevan las palmas por varios cuerpos. Por cierto los autores de la compilación, Julio Frydenberg y Rodrigo Daskal, debieron ubicar entre los primeros términos a dos trabajos que constituyen un lujo de la mirada crítica. Fue sin dudas un momento de excepción en nuestra vida política y deportiva. La escritura de Daniel Sazbón, Santiago Uliana y Lía Ferrero pone luz en la oscuridad de esos años. En la visión de los hinchas que por primera vez veían un Mundial, en la construcción del espectáculo del fútbol teñido por la política, en el afán de ganar una copa (el Santo Grial) y un conjunto de sentidos que hilvana la trama del deporte con 22 jugadores en la cancha. “Pensar que estuve en ese festejo”, dice Mariana, una testigo del evento mundialista del ‘78. La aparición de la TV en colores y la modernización urbana remiten a una época donde los festejos por el éxito en las canchas era lo único por celebrar. Hombres que iban al estadio y de pronto ven jugar a la selección de Italia, familias que pisan por primera vez las tribunas y cambian el punto de vista respecto al fútbol. Ya no es sólo un evento deportivo sino la comunión con los otros en un momento álgido. Testimonios, impresiones, una ocasión para salir de la “normalidad” impuesta por la dictadura. Los artículos remiten a un trabajo de campo con una visión del mundo, de la tragedia que en ese entonces se vivía tapada por los gritos y los foules. Nada queda vacante en la pluma de Sazbón, Uliana y Ferrero; constituye un mundo asomarse a sus percepciones. Una apropiación personal de un hecho lúdico, por momentos un excedente de sentido, intransferible al lenguaje oral. Los cambios que se dieron en ciudades como Mar del Plata y Córdoba, la mutación del espacio urbano a partir de la remodelación de los estadios de River y Vélez. Nada en los artículos queda librado al azar. Cada testimonio de las personas que fueron a los estadios construye un paisaje de aquella época, reencuentra, restituye el lugar de la palabra con la fuerza de una imagen.

El resto de los trabajos que componen el libro poseen otro tono. Una suerte de estadística anclada en la investigación y datos relevantes. Allí se destacan “La construcción de estadios” por Pierre Lanfranchi, “Partidos de fútbol y revueltas urbanas en la Italia de la posguerra”, de Fabien Archambault, componen un fresco donde el fútbol opera como una maquinaria de fabricar oposiciones, y se detalla el momento fundacional de nuestros clubes de fútbol ocurrido entre 1895 y 1920. En ese marco se inscribe la saga del Club Vélez Sarsfield y su contribución al desarrollo urbano y la actividad social de los vecinos. Anécdotas, rituales, coraje para arar en el desierto que era nuestra ciudad a principios del siglo XX son las coordenadas de Fútbol, historia y política.

A la luz del reciente Mundial de Sudáfrica 2010, el libro descorre el velo sobre lo que está oculto en esta práctica deportiva donde priman los intereses de los grandes grupos económicos para imponer su poderío y dictar las reglas, influir en arbitrajes y señalar preferencias. El libro en cambio, da cuenta de las grietas que generan la pasión futbolera, el juego como lugar de autonomía y placer, el hecho colectivo como lugar insustituible de la solidaridad, la construcción y el encanto.