RESEñA
El Edipo de Belgrano
BELGRANO Y SU SOMBRA
Miguel Bravo Tedín
Homo Sapiens
Rosario, 2003
146 págs.
POR AURORA RAVINA
Porteño de nacimiento, cordobés por espíritu y formación universitaria y desde hace años residente en La Rioja, Bravo Tedín salió de una visita al Archivo de Indias –tributo natural que todo historiador rinde cuando viaja a Sevilla– con la copia de un expediente de 1200 fojas bajo el brazo. El preciado mamotreto le descubriría, tras paciente lectura, los intrincados pormenores de un escándalo ocurrido en la Aduana de Buenos Aires, por la quiebra de su administrador y tesorero, un proceso que abarcaría, a partir de 1784, más de veinte años. El interés del expediente no radica, sin embargo, en el escándalo en sí mismo -seguramente no fue el único ni tampoco el último que afectaría al organismo– sino en los personajes implicados, entre quienes se contaba Domingo Belgrano Pérez, padre de Manuel Belgrano y uno de los más prósperos comerciantes de Buenos Aires. Por ello sufriría años de cárcel y la pérdida de todo su patrimonio, circunstancias que sometieron a su familia a muy duras pruebas para revertir la situación de desamparo e indigencia en que habían quedado. No le interesan tanto a Bravo Tedín las implicancias políticas y administrativas de la cuestión, como las peripecias que debieron afrontar los Belgrano y las huellas que todo eso dejaría, especialmente en Manuel.
La copiosa bibliografía disponible sobre el creador de la Bandera desconoce, en la mayoría de los casos, esta situación de la Aduana porteña y, en los pocos en que aparece tratada, el meollo de la cuestión no pasa por la familia Belgrano. Este nuevo estudio, en cambio, descubre aspectos desconocidos de la vida de Belgrano en España, cuando tuvo que ocupar gran parte de su tiempo, junto con uno de sus hermanos, en enfrentarse al infierno de la burocracia española para procurar la defensa de su padre, y examina su regreso a Buenos Aires, con un nombramiento para desempeñarse en el Consulado local, bajo otra perspectiva que la proporcionada hasta ahora por las visiones consagradas de la vida del prócer. El cargo, en resumidas cuentas, era para su sostén económico y le permitiría ayudar en lo posible a su familia.
Tanto o más que sus estudios en la península, esta experiencia vinculada con la crisis familiar –cuyas dimensiones se conocen ahora– constituyó, según Bravo Tedín, el fundamento de lo que llama la forja de la trayectoria personal y pública de Belgrano, y contribuye a ahondar en los valores del hombre que fue. Pasajes de su Autobiografía y el contenido de varias de sus cartas conocidas desde hace largos años adquieren ahora, a la luz de este expediente revelador, todo su significado.
Por otra parte se destaca la figura de su madre, María Josefa González Casero, quien no vaciló en asumir la defensa de su marido ni escatimó esfuerzos para lograr apoyos con que sustentar a su numerosa familia. Un análisis que remite a la historia de género y recalca, en lugar de omitirlo, el papel que jugaban las mujeres en la sociedad de aquella época. Más aún: si bien Domingo Belgrano Pérez acabaría absuelto, queda en claro que algún grado de compromiso había tenido con los manejos turbios del funcionario colonial causante del escándalo aduanero y que, necesariamente, esto habría de influir en las relaciones familiares. Es el punto que lleva a Tedín a esbozar, también, algunas reflexiones sobre la forma y el fondo de los vínculos paterno-filiales en un tiempo en que el espacio para la rebeldía y la crítica ante la autoridad del padre era muy escaso, el equilibrio de Manuel Belgrano para sostener el respeto a esa autoridad, también el afecto. Otra de las virtudes del texto es su lenguaje llano, que compensa las dificultades y complicaciones de lectura de una muy extensa transcripción documental y el exceso de algunas reiteraciones de análisis. Finalmente, el libro encuentra su mejor recomendación en el rescate de la historia, obra de mujeres y de hombres; en la busca de las personas detrás de los hechos; en la indagación de sus actitudes y de sus sentimientos, en la recuperación de sus experiencias, marcas distintivas e imborrables en el derrotero de sus vidas.