EN EL QUIOSCO
Pisar el césped
Pisar el césped, 3
(Buenos Aires: otoño 2003), $ 7
› Por Daniel Link
¿Qué significa pisar el césped? Hacer uso de un territorio vedado, hacer lo contrario de lo que las normas indican, dejarse llevar por las sensaciones en esa rara ecología que son los jardines urbanos (en otra parte, césped, lo que se dice césped, no hay).
La revista cuyo tercer número acaba de ser distribuido se llama Pisar el césped y viene trazando desde hace un año un mapa del parque temático que es la literatura argentina. A la parquización urbana, agrega caminos que atraviesan los falsos verdes prados de gramíneas: líneas hipnóticas que la mayoría de las veces no llevan a ninguna parte.
Pisar el césped empieza a ser una responsabilidad. Ahora que ese repertorio de direcciones posibles ha sido trazado, seguramente sus creadores (Mariana Riveiro, Julián Urman y Adrián Haidukowski) deberán señalizar los caminos. ¿Nos dirán, luego de que nos empujaron sobre el césped, cuál camino nos conviene? ¿Prohibirán algunos accesos y privilegiarán otros?
En el editorial de esta tercera entrega se lee: “Somos malas hierbas”. ¿Serán realmente estos chicos amables, cultos, de buenos modales y pluralistas, mala hierba, aquello que contamina los cultivos y que mejor sería extirpar de nuestros jardines? No lo sabemos todavía y tal vez no lo sepamos hasta la próxima primavera, cuando la clorofila descontrolada nos muestre la verdadera dimensión de la plaga. Mientras tanto, hasta las malas hierbas se llaman a sosiego.
Bellamente editada, como de costumbre, este último número de Pisar el césped incluye colaboraciones (poemas y relatos) de diecinueve personas. Como no podría ser de otro modo, los textos son desparejos (qué quiere decir “El exceso de Pavlov” de Julián Urman es difícil decirlo), pero todos y cada uno de ellos seguramente sabrán encontrar admiradores. Admirables son los versos de Tamara Kamenszain, por ejemplo, pero eso ya lo sabíamos. Y admirable es el poema de Ariel Schettini, quien prefirió publicarlo en Pisar el césped antes que en Radarlibros.