La creación humana
Por Fernando Urribarri
La última y reciente entrega de la prestigiosa revista española de ciencias humanas Antropos está dedicada a la figura y el pensamiento de Cornelius Castoriadis (1922-1997). En un extenso artículo editorial sobre la recepción de su obra en lengua española concluye que el origen del actual auge de interés por ella proviene de la renovación de su estudio (y traducción) impulsada en la Argentina desde el comienzo de los años 90 –especialmente reforzada por las visitas del filósofo griego en 1993 y 1996.
Confirmando dicha apreciación y como una suerte de festejo del 10 aniversario de la primera visita de Castoriadis a Buenos Aires, la sede argentina de la editorial Fondo de Cultura Económica ha publicado su formidable seminario “Sobre El político de Platón”. Y lo que es aún mejor: anuncia su plan de traducir los muchos volúmenes de seminarios inéditos (aproximadamente 15) cuya edición francesa ha emprendido recientemente Editions du Seuil bajo el título general “La creación humana”. Para el 2005 ya tienen preparada la traducción del seminario titulado “Sujeto y verdad”.
Para percibir la importancia de este proyecto de publicación conviene situarlo en el contexto de la producción de aquel a quien Edgard Morin definía como un “Aristóteles caliente”.
“De joven soñaba con ser compositor”, me contó una vez Corneille, quien tras su triple graduación summa cum laude en Filosofía, Economía y Derecho en Atenas, continuó un tiempo sus estudios de música clásica y de piano hasta que –a causa de su activa militancia– se vio empujado al exilio por el Ejército Rojo y sus socios.
El recorrido intelectual de Castoriadis en Francia puede dividirse esquemáticamente en tres etapas. La primera de 1948 a 1967, desde la fundación hasta la disolución del mítico periódico y grupo “Socialismo o Barbarie”, pionero de la izquierda antitotalitaria. La segunda etapa está definida por el proceso de revisión crítica del marxismo y el descubrimiento y conceptualización de la imaginación radical de la psique y del imaginario social instituyente como fuente de creación en el dominio histórico-social. Repensando (el marxismo y la totalidad de la filosofía y el pensamiento heredado) Castoriadis deviene Pensador. El resultado es la publicación en 1975 de su opus magna, el consagratorio La institución imaginaria de la sociedad.
Desde entonces Castoriadis divide su trabajo en dos planos. Por un lado va reuniendo regularmente sus artículos sobre cuestiones específicas acerca de diversos temas y disciplinas bajo el título general “Las encrucijadas del laberinto” (seis volúmenes).
Por otro lado desarrolla un extenso y ambicioso libro cuyo título, anunciado en 1981, deberá ser La creación humana. En 1989 responde a la impaciencia de su paciente editor escribiéndole que “este libro será la conclusión de todo mi trabajo desde La institución imaginaria. Una gran parte de él ha sido (y continúa siendo) elaborado y expuesto en mis seminarios de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales. La mayoría de éstos han sido grabados y más de la mitad ya fueron transcriptos”. A continuación le describe el plan de la obra, que consistía en 16 volúmenes divididos en dos partes: “El caos y la humanidad” –centrada en la filosofía y el psicoanálisis– y “La creación política” –más dedicada a la cuestión política e histórico-social.
La muerte sorprendió a Castoriadis a sus jóvenes 75 años, antes de haber terminado La creación humana. Pero no sin haber dejado una serie de volúmenes y seminarios inéditos que constituyen una obra inacabada pero coherente, de una potencia y una originalidad extraordinarias. El mismo autor daba un valor de obra (y no de mero borrador) a muchos seminarios transcriptos, como yo mismo pude comprobar durante años cuando me los daba como material de lectura y discusión en el marco de mi trabajo de tesis de doctorado, junto con la autorización para citarlos como bibliografía.
Gracias al equipo de edición de sus discípulos franceses encabezados por Pascal Vernay y a sus editores argentinos los lectores hispanoparlantes podremos contar con la monumental obra póstuma de este pensador imprescindible. A diez años de la primera visita de Castoriadis a Argentina se trata de una suerte de festejo que da a su vez motivos para festejar. Chin-chin.
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