Con dos envíos a Bienales de Arquitecturas en su haber –San Pablo 2005 y Venecia 2006– la SCA y Cancillería vienen desarrollando una movida más que interesante. Para la última se desarrolló un concurso con el fin de recabar el material que conformó el corpus de la muestra destinada a Venecia. El llamado nacional que auspició Termium Siderar tuvo a Carlos Campos y a Yamila Zynda Aiub como ganadores y cinco menciones: Verónica Copola, Violeta Ossani y Federico Eliachev, Sebastián Adamo y Marcelo Faiden, Fernando Molina, Javier Waisman Zachari y Federico Garido.

Sin un programa preciso y con toda la libertad a su disposición, los participantes transitaron el territorio de la fantasía y la innovación con resultados inesperados: estructuras al borde del río, balsas flotantes y grandes miradores se insertaron en fotos de la geografía seleccionada para el envío. Fue una experiencia interesante que muestra la potencia de los jóvenes arquitectos participantes, que relataron la realidad y la ficción del recientemente bautizado Corredor Cultural que une a Buenos Aires con Rosario. El jurado estuvo conformado por Daniel Silberfaden, Rodolfo Teufel, Pablo Sztulwark y Alejandro Leveratto.

El ganador materializó una balsa recreando a Terú Jaguá, lagarto-iguana, de siete cabezas de perro que habita en las profundas cavernas del río Paraná según la creencia popular. Con ese grado de poesía es que Campos y Zynda Aiub intervinieron en el paisaje rosarino y formó parte de la muestra argentina a Venecia.

Como idea para la próxima Bienal de San Pablo 2007 que se tiene que estar preparando dentro de pocos meses, Daniel Silberfaden ya anunció que se está manejando el llamado previo a un concurso de ideas para seleccionar por esta vía a un curador, que será elegido por su proyecto y propuesta. La idea es más que apropiada para seguir consolidando un camino que no debe ni repetirse ni copiarse a sí mismo año tras año. Se necesita tanto de buenas intervenciones desde los participantes como una clara y contundente estrategia en su gestión, donde se entrecruzan la arquitectura, la cultura en un sentido ampliado y abarcativo y el territorio.

Estos trabajos contrastan con un oscuro período que lejos de mostrar nuevas formas de entender la arquitectura y el entorno sólo hacían hincapié en propuestas de una arquitectura internacional carentes de sentido de pertenencia y de arraigo con su lugar de gestación.

Para el próximo año también es necesario un fuerte aporte creativo para que estos envíos no caigan en la repetición.