La SCA acaba de lanzar al ruedo un libro enorme en tamaño y contenido. Con ochocientas páginas, llega al límite de lo que se puede llevar en la mano. El libro está más cerca del diccionario de consulta que del libro de lectura, una forma en que los arquitectos habitualmente se relacionan con el material escrito. Seguro será bautizado El libro amarillo de los concursos, apodo que vendrá del único tic del volumen, el leitmotiv de diseño en el uso exclusivo de este vibrante color.

La obra de Rolando Schere es abrumadora. Como un verdadero historiador de la arquitectura, compiló cuanto concurso pasara por ahí y dejó patas para arriba la biblioteca de la SCA y del Cicop, donde está la mayor documentación de obra pública nacional. Schere no dispone de ningún instituto en ningún cuarto piso de ninguna facultad, y no se considera un arquitecto de estirpe historiadora. Pero su entusiasmo por los concursos y su actitud deportiva ante la disciplina lo encuentra prendido en cuanta discusión y participación democrática tiene la profesión. Por eso resulta inevitable que volcara toda la información que almacenaba en un libro.

El tomo arranca en 1825 y avanza en capítulos por trabajos seleccionados, abarcando obras emblemáticas de urbanismo y arquitectura con contados casos de diseño industrial. Se procesan los datos de los arquitectos y las temáticas, desarrollando una serie de listas que permiten estudiar su contenido desde distintos ángulos y aproximaciones. Para eso hay una familia de iconos que sistematizan y facilitan la búsqueda. Esta interesante innovación es producto del diseño de Hernán Berdichevsky, que junto a Gustavo Stecher, Juan Pablo Tredicce, Andrés Felipe Vanegas y Pablo Engelman creó el producto entero. La dirección editorial fue de Hernán Bisman.

Esta obra tal vez sea el documento gráfico más contundente del que se tenga memoria en la escasa y rápidamente agotable trayectoria de los libros de arquitectura editados en nuestro país. Acaso deba ser analizada desde varias miradas: habrá quien lo estudie desde el inicio y habrá otros que lo miren desde lo más reciente. Es la historia de una parte de la disciplina que no encuentra distancia entre lo que no pasó del proyecto y lo que se materializó. Y también se encuentran obras que se nos hace inexplicable que se hayan demolido.