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La muestra Arquitectura del paisaje, de Horacio Sardín, que está colgada en el Museo de Arquitectura, se compone de tintas referidas a una serie de propuestas urbanas con fuerte carga de componentes utópicos y lúdicos. Hay además una serie de dibujos de obras y proyectos del estudio que Sardín integra con Valeria del Puerto y Diego Colón.

La idea de Sardín, profesor de Arquitectura III y IV en la FADU, es mostrar parte de su producción ligada a sus ideas sobre el paisaje, vinculadas sobre todo con expresiones plásticas y con dibujos surgidos desde su imaginario más libre y creativo.

Una tenue línea de textos escrita a lápiz acompaña a los dibujos, al mismo tiempo que envuelve al espectador reforzando el mensaje sutil que Sardin decidió transmitir en el segundo nivel de la torrecita del tanque de agua ferroviario. “Creo en una arquitectura que reinvente los paisajes de nuestras ciudades –explica–, para acrecentar al mayor grado posible su comicidad. Creo en una arquitectura que revalorice a nuestros múltiples paisajes naturales, la selva misionera, la estepa patagónica, el desierto cuyano, la llanura pampeana, para hacer las paces con la naturaleza, sin agredirla ni destruirla.”

En los dibujos se reflejan las exploraciones y pensamientos de alguien que descubre nuevos territorios tanto en lo físico como en el plano de las ideas. Se hace un llamado a generar nuevos episodios épicos que causen y marquen un norte en la formación de nuevos arquitectos y en la nueva producción arquitectónica. Además, Sardín incursiona en la poesía–arquitectónica. O al menos eso parece:

Paisajes de anarquía
descentralizar, atomizar, fragmentar.
Diseminar por todo el territorio
una trama de comunidades.
Provocar fisión en vez de fusión.
Construir redes en vez de pirámides.
Expandir la autoridad en toda la población.
Dejar sola a la sociedad
para que pueda salvarse por sí misma.
Fundar nuevos paisajes de anarquía.

Esta muestra sigue la línea de ideas que Sardín ya volcó en sus libros Homo Urbanicus-Homo Naturalis (2004) y Arquitectura y Libertad (2008), donde además recurre a conceptos que superan la problemática corriente dentro de la enseñanza de la disciplina y toma otras a situaciones especialmente sensibles de nuestra disciplina y contemporaneidad.

La muestra permanecerá abierta hasta el 29 de marzo en el Marq, Callao y Libertador.