CON NOMBRE PROPIO
La Hormiga emergente
Aldo Trovato, diseñador y ambientador, acaba de abrir las puertas de Hormiga (muebles emergentes) en Palermo Viejo. Se adelanta a una tendencia: combinar el buen diseño con la multifunción y precios muy razonables.
Por Sandra Russo
Allá por los ‘60, mientras en la Manzana Loca del microcentro porteño germinaba la célebre movida de artes plásticas, moda, música, letras y diseño, algo pasaba también en Ramos Mejía. En aquel entonces, sus bares, sus restaurantes, sus discotecas y sus locales comerciales eran el equivalente de lo que hoy es Palermo Viejo. Un circuito. Una zona generadora de tendencias. Y allí fue que comenzó el camino de Aldo Trovato, diseñador y ambientador de muchos de aquellos locales que dejaron huella.
Unos cuantos años después, pero también unos cuantos años antes de que el frenesí por el diseño se convirtiera en lo que es hoy, ya decididamente un rasgo de la identidad porteña, Trovato instaló en Callao y Arenales, y luego en Talcahuano y Santa Fe, un lugar precursor en muebles de diseño argentino contemporáneo. La ambientación constaba de gigantografías de gente sentada a las mesas en venta, y de fotos de obreros sosteniendo del techo del local, con sogas verdaderas, el enorme cartel con el nombre de la marca, llamada, sencillamente, La Mueblería.
Más tarde, Trovato salpicó Palermo de edificios de dúplex que barrieron con la idea del techito a dos aguas, los barrales dorados y las tejas coloradas tan afines a la fantasía del chalet propio. Los dúplex con su firma, habitados por psicoanalistas, periodistas, publicistas (los dúplex de las tres P), tienen cierto aire japonés, extrema funcionalidad y juegos de luces naturales que dispensan de otros adornos.
La semana pasada, finalmente, abrió sus puertas el nuevo local de Trovato, Hormiga (muebles emergentes), en Honduras 4660. El diseñador vuelve a la carga con sus ideas definidas, completamente post-menemistas, combinando dos ejes: precios bajos y doble función. “Creo que se terminó la época del regodeo por comprar lo carísimo. El buen diseño tiene que empezar a ser un poco más horizontal, más democrático”, dice Trovato. “Hay muchos diseños nuestros que todavía no desarrollamos, porque la idea fuerza de Hormiga es ir llevando adelante solamente lo que podamos producir a precios muy razonables”, agrega. La marca, así, sale al ruedo adelantándose a una tendencia: que lo prestigioso sea barato.
Una consola para audio y tevé que se abre y se convierte en una mesa para seis personas. Una mesa baja que esconde banquetas para transformarse, si es necesario, en la única mesa de un living. Otra mesa baja de melamina y chapa que, dada vuelta, se metamorfosea en biblioteca o mueble para audio. Mesas altas cuyos pies de metal pintado se acuestan fácilmente para travestirlas en mesas bajas. Módulos de chapa de colores neutros –gris, negro, blanco– o intenso –naranja, turquesa, verde– que van formando bibliotecas del tamaño deseado y que llegado el caso pueden volver a dividirse. Tal es el universo Trovato: materiales simples, combinaciones tranquilas y cierto rechazo al concepto de furor como aquello que hace pasar de moda a las cosas. Como en sus edificios, Trovato prefiere que en sus muebles haya algo de invisible, mucho de discreción y cero de ostentación.
Una vez elegido el nombre de la marca, Trovato advirtió que sus iniciales (A.N.T.) significaban hormiga en inglés. Y también leyó, sorprendido, noticias científicas sobre las andanzas de la especie Hormiga Argentina en Europa y Estados Unidos. Al emigrar, la especie, que aquí pelea por la delimitación del territorio de cada colonia, muta. Ya sin conflictos entre un hormiguero y el otro, desde Italia hasta Portugal, la Hormiga Argentina ha generado la cooperativa zoológica más grande conocida hasta ahora. Quizá sea un buen augurio que haya no sólo insectos sino también muebles emergentes de un país como éste. “Emergente” es una palabra que habla de una emergencia, pero que también da cuenta de un movimiento hacia la salida. Hormiga (muebles emergentes).
Honduras 4660, Buenos Aires.
Tel.: 4832– 3043.