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La Defensoría del Pueblo porteño retomó una actuación para intentar desvelar uno de los misterios más peludos de nuestra ciudad: qué anda pasando en el Teatro Colón. El defensor del Pueblo Adjunto Gerardo Gómez Coronado, cuyo mandato abarca temas de urbanismo, patrimonio y calidad de vida en la ciudad, hizo suya una denuncia del especialista Fabrio Grementieri, realizada en 2006. La actuación 4157 plantea serias preguntas sobre cómo se está refaccionando el teatro y si realmente se puede hablar de restauración en este caso.

El Colón es no sólo un monumento histórico sino que es un teatro único por su acústica, con más de un estudio internacional afirmando que es el mejor o de los mejores para la ópera. Como resume Gómez Coronado, este status invita a la cautela a la hora de hacer obras y “es requisito fundamental para lograr este objetivo el contar entre los responsables de llevar a cabo las obras con gente especialista en restauración”.

En su momento, hace tres años, las respuestas fueron escasas, formales y tardías. Recién en abril de 2008 llegó un informe de gestión de la coordinadora del Master Plan del teatro, la arquitecta Sonia Terreno, que abarcaba lo hecho hasta el 10 de diciembre de 2007. Diez días después, el Ejecutivo emitió el decreto que llamó a una licitación pública para el gerenciamiento de las obras en el Colón. Esa licitación fue ganada por la constructora Syasa.

Lo que pide ahora la defensora Alicia Pierini es que le giren el currículum de los restauradores a cargo del foyer y del Salón Dorado del teatro, para ver si son idóneos. Y que le informen sobre el estado de los zarandeados textiles de la sala, con qué criterio se los va a tratar y qué medidas se van a tomar para aumentar la seguridad contra incendios y mantener invicta la acústica del teatro.