Pinta tu barrio
Julio Racioppi es un pintor llamado a pintar su ciudad.Busca temas de interés en los lugares más próximos.
Por Matías Gigli
Con un trabajo preciso, despojado de una carga emocional especial, Julio Racioppi pinta sectores de Buenos Aires tal como si fueran escenas de una obra de teatro.
Habituado a recorrer con su mirada los lugares por donde transita, encuentra cada tanto situaciones que lo hacen detener su marcha. En esos casos y partiendo siempre de la observación minuciosa, estudia y documenta sectores urbanos: toma fotos, dibuja bocetos, recorre en diferentes momentos del día los lugares llamados a ser modelos.
Racioppi es un constructor de la imagen, entiende una obra como una compleja organización.
Empieza desde una mancha, con grandes sectores de valor, permitiendo de a poco que el color y la luz determinen puntos llamados a dialogar. Lleva el trabajo por un lento carril en donde los primeros trazos van tomando mayores niveles de definición.
Racioppi siempre encontró tiempo para reflexionar sobre el color. Sensible a los juegos de tonos y valores es sin duda un entendido en el mundo de la pintura. Lleva su obra del dibujo al mundo mágico de las relaciones de texturas, planos y reflejos que existen en la realidad pero que sólo un ojo atento sabe traducir en una tela.
En sus obras organiza situaciones en donde las grandes direcciones arman la obra, son líneas totalizadoras, ellas dan unidad y coherencia a sectores de menor tamaño. Así, vincula los detalles con el todo.
Además, une o rompe las formas con grandes superficies de valor. Su atenta mirada le permite trabajar con paisajes no idílicos, son nuestros barrios y los retrata tal cual son: una medianera de once metros de altura, un balcón, techos, calles y autos están destinados a perdurar, la tela y la pintura los transporta a otro plano de valoración. Es que el observador desprevenido los transita a diario sin detenerse a mirar. La labor de un pintor es ésa, mostrarle a la gente la ciudad que tiene y que nunca vio.