Por natural, altamente renovable y un recurso con el que contamos en nuestra región, el bambú sigue siendo materia de experimentación. Esta vez, fue el Centro Metropolitano de Diseño a través de sus áreas de Gestión de Diseño y la Oficina de Moda quien le dedicó uno de sus workshops de materiales del programa Integrando al Futuro. Coordinado por Mariana Salgado, doctorada en Artes de la Universidad de Arte y Diseño de Helsinki, y con una invitada especial, la diseñadora y artista textil tailandesa Nithikul Nimkulrat quien actualmente trabaja en el Departamento de Diseño de la Facultad de Arte y Diseño de la Universidad de Aalto, también en Helsinki, la meta fue explorar e identificar las nuevas aplicaciones del material y sus derivados potenciando sobre todo el acceso a nuevos canales.

“Para el desarrollo de los workshops nos basamos fundamentalmente en los principios desarrollados en Cradle to Cradle (de la cuna a la cuna) de William McDonough y Michael Braungart. Este habla del diseño sostenible a partir de generar ciclos de vida cerrados de los productos”, adelanta Anabella Rondina, coordinadora general del CMD. “Este es el tercer workshop que realizamos dentro del Programa. A la hora de seleccionar materiales se tiene en cuenta que éstos puedan ser reutilizados, ya sean materiales orgánicos o en desuso. El del primero fue la media de nylon, un material de descarte, planteando su reutilización. En el segundo, el tema fue el adobe, por ser orgánico. Y siguiendo esta lógica, con la selección del bambú se dio un paso más eligiendo un material que, además de ser orgánico, plantea un desarrollo económico de la zona, existiendo muchos antecedentes internacionales pero poco desarrollo a nivel local. El bambú es además de orgánico y por lo tanto “ecoamigable”, un excelente material para la construcción: ligero, rígido, increíblemente fuerte e incluso hipoalergénico”, señala.

Así, la iniciativa se desarrolló en varios encuentros. En uno de ellos, los participantes –cuarenta profesionales entre arquitectos y diseñadores de todas las disciplinas– tomaron contacto directo con el material a través de una visita al Tigre orquestada en el Club Regatas de la Marina por la Dirección Provincial de Islas. “Además del contacto con el bambú, los participantes conocieron nuevas posibilidades en los distintos estadios de la materia prima contemplando el desarrollo de toda la cadena de valor”, remata Rondina.

A prototipear...

En bambú, que se acaba el mundo, parece ser la consigna. Una posta que tomaron muchos diseñadores de trayectoria conocida y otros más noveles. Entre los primeros, la joyera Tamara Lisenberg desarrolló una línea de collares y pulseras realizados en bambú y plata 925. Mientras que Sebastián Ackerman lo empleó para variar la materialidad de su Tencki, juego de construcción para la educación de diseño, ciencia y tecnología para chicos en edad escolar.

A éstos se sumaron varias propuestas de superficies divisorias realizadas mediante aros como la In’boo de Carolina Worcel y Maia Portnoy. Y las tramas Bambuno de Agustina Ruiz de Mendarozqueta, Luciana Badaloni y María Emilia Palet, que forman una malla flexible aplicable a diferentes productos.

Varias luminarias como la LaBu de Adrián Gustavo Pereyra, una lámpara colgante realizada con cintas de bambú curvadas por medio de calor y agua, y la Nevisca de Alicia Hochman incorporando fieltro.

Además, como ya se ha visto en otros países, hubo mucha propuesta deportiva. La longboard Bainzai (más largos que los skates) de Eugenio Levis y Marcelo Eleta y una tabla, la Piragua, construida con cañas de bambú curvadas con remo de doble pala para realizar actividades acuáticas de Florencia María Mántaras.

En plus, un contenedor de partituras por María Cecilia Chevalier, un perchero autoría de Mariano Andrés Llorens, tablas de cocina de Juan Pablo Crovari y Mariano Belgrano, plumines (Camila Garab) y hasta un vestido por Alejandra Inés Gougy, entre otros.

Todos los productos y prototipos serán expuestos en el Festival Internacional de Diseño de Buenos Aires que se llevará a cabo entre el 22 y el 31 de octubre de este año en el edificio del CMD (Villarino 2498) y en circuitos por toda la ciudad.