Efervescente es la muestra y premio organizados por el Cceba en el Palais de Glace para destacar el diseño joven, que se puede ver hasta el mes que viene.
› Por Luján Cambariere
¡Qué tema! ¿Joven es la persona? ¿Joven es el diseño? La cuestión es que para dar impulso a la disciplina, algo nada menor en un año que a nivel eventos pasa poco y nada, el Cceba (Centro Cultural de España en Buenos Aires) en nombre de su director, Ricardo Ramón, orquestó la expo Efervescente reuniendo a artistas visuales y diseñadores de Argentina y España premiando la labor de los locales menores de 35 años.
La muestra reunió por parte de España los trabajos de los participantes de los Premios Injuve Creación Joven Artes Visuales y Diseño 2009 que otorga el Instituto de la Juventud del Ministerio de la Igualdad de ese país, curadas por Kamen Neved y Héctor Serrano (quien además viajó a Buenos Aires como jurado del premio). Mientras que, por Argentina, dieron el presente los invitados a participar de la primera edición de los Premios Cceba de Arte y Diseño Joven Argentino curada por Rodrigo Alonso en Artes Visuales y Gustavo Quiroga en diseño. El criterio de selección, según cuentan, partió de “favorecer la diversidad geográfica, la proyección de la carrera y la calidad y aporte de los trabajos a la producción joven nacional”.
Así, dentro de los exponentes en diseño de mobiliario y objetos, se destacó la labor del grupo Bondi formado por la dupla de Iván López Prystajko y Eugenio Gómez Llambí, quienes vienen trabajando hace un tiempo en una línea en cemento. En esta oportunidad, presentaron algunas de sus nuevas incorporaciones como los bancos texturados Buenos Aires, el Don A, el M. Almohadón y los ositos Cementosos, entre otros. Pero sobre todo, son un buen exponente de uno de los mayores imperativos a la hora de diseñar en nuestro país: la búsqueda de recursos posibles. Buena elección de las técnicas y procesos teniendo en cuenta nuestra economía, la posibilidad que les da el cemento de experimentación, independencia productiva y, por qué no, de darles status a materiales que no lo tienen. “Está fabricado mediante matrices flexibles, siendo éste un sistema inédito, desarrollado por Grupo Bondi. Este sistema productivo permite lograr excelentes terminaciones superficiales, formas fluidas con contrasalidas imposibles de generar mediante los métodos tradicionales de colado, logrando piezas de un alto valor agregado a partir de un material común como el cemento. Son bancos sólidos, de una sola pieza. Su materialidad y terminación permanecen inalterables con el paso del tiempo. Duran toda la vida, resistiendo las inclemencias del tiempo y, a la vez, planteando una tipología inédita para el exterior que genera sorpresa, asombro, sonrisas”, remata Gómez Llambí. Una dupla que promete y si bien no se alzaron con el premio, sí con el favor del público que festejó con creces su propuesta.
En este caso, en formato trío, también dieron el presente los Sinapsis –Pablo Matteoda, Javier Parra y Elías Krafczuk—, estudio cordobés, que presentó desde sus diseños más lúdicos como la corbata After Office, que incluye un destapador, hasta otros más funcionales como el asiento Vira que brinda configuraciones varias –silla multiuso, banco doble– y la parrilla Oruga creada, según cuentan, con la idea de optimizar tanto el traslado como el guardado de este tipo de objetos, tan utilizado en actividades hogareñas como al aire libre. “La misma permite enrollarse y guardarse en su pack tubular, permitiendo así fijar la parrilla a las cinchas de las mochilas para camping, o bien llevarla colgada por medio de la correa con la que cuenta. Por otra parte se optimiza el espacio que ocupa la parrilla al momento de guardarla”, detallan.
De Bariloche, llegaron los percheros en piedras recolectadas de los ríos, madera de lenga y discos de arado reutilizados junto a unos contenedores ultra kitsch, los Locotos, hechos con sobrante de cuero que queda en su taller y tachos de pintura de 20 litros de los Designo Patagonia.
Mientras que en la entrada, el estudio La Feliz (Patricio Lix Klett y Celeste Bernardini) se ocupó de dar la bienvenida, con una megaaraña formada con las luminarias y objetos de su nuevo proyecto Eva, una línea de contenedores flexibles a partir de láminas de goma eva unidas entre sí por precintos metálicos. Ya en la sala, mostraban algunas experimentaciones de su proyecto tablas en fenólico y resina acrílica junto a Cristian Mohaded y las instalaciones de broches de Martín Huberman.
También, dentro del segmento argentino, vale destacar la propuesta de dos diseñadores de indumentaria: Lisandro Cocorda, de Lisobono, con sus prendas unisex llenas de curvas y contracurvas y la colección realizada reciclando sastrería antigua de una impecable factura del diseñador y estilista de moda Fernando More, un absoluto virtuoso de venti y pocos. Muy bueno también el trabajo de la gráfica e ilustradora Lala Ladcani: gráficas de carácter artesanal, uso de sellos y tintas, serigrafías, reciclado de gráficas, entre otros, son recursos con los que genera resultados a la medida de iniciativas independientes como una editorial, una panadería de barrio o un local de ropa. Mientras que de España llegaron las piezas lúdicas del diseñador Raúl Edo como la camiseta con mangas conectadas para usar de soga para saltar o Le Tabouret, una mesa de cocina donde los asientos forman parte de la superficie de trabajo, incorporándose o desmontándose según la necesidad, adaptada especialmente a la falta de espacio de muchos hogares. Los azulejos Magnet Tile de cerámica con imán de Maite del Mundo, la colección de bancos inspirados en motivos vegetales en metal y las macetas mecedoras en plástico de Eli Gutiérrez y la propuesta gráfica de Bendita Gloria (Alba Rosell y Santiago Fuster), entre otros.
Curiosamente o no, dos cordobeses se hicieron acreedores de los premios del salón que consisten en viajes de formación en el marco de Arco Feria de Arte Contemporáneo y la Bienal Iberoamericana de Diseño, en Madrid (España).
En artes visuales se alzó con el galardón Luciano Burba, de 30 años, por su trabajo como creador del Club del Bollo. Una asociación de personas, cosas y situaciones a través de la que se generan artefactos artísticos colectivos producidos por la suma de objetos entregados por cada socio.
Mientras que el de diseño fue para Ignacio Pilotto de 26 años. Más allá de sus propuestas que a algunos pueden resultarles más o menos ingeniosas y lúdicas –objetos de diseño industrial de pequeño formato que cruzan elementos conocidos para generar algo nuevo: un cubo mágico realizado con los colores de la empresa Pantone, un anillo sacapuntas, un Pen Drive con formato de sacacorchos o cucharas de madera Mix Stix para cacerolazos o para un flashback infantil a esa etapa donde las ollas de cocina eran la mejor batería–, Pilotto tiene la enorme virtud de haberse abierto camino solo desde su lugar, usando la tecnología de su generación –mucho blog e Internet– y una constancia férrea, para mostrar sus creaciones a través de estas herramientas por todo el mundo, logrando venderles sus gadgets de diseño a algunos de los estudios más reconocidos estudios en el tema del mundo como Fred and Friends de Estados Unidos e Imm Living de Canadá.
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