Con humildad y arrepentimiento, este suplemento debe corregir un error sistemático, la verdadera injusticia de haber dicho tantas veces que el Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales no sirve para nada. El reciente veto del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, demuestra que el CAAP sí que sirve para algo: le da letra al mandatario para que pueda vetar catalogaciones sancionadas por la Legislatura.

Esta tarea coherente se nota en el veto parcial a la ley 3576, decreto 808, firmado el 25 de octubre y publicado en el Boletín Oficial el 1º de este mes. La ley en cuestión fue votada en segunda lectura el 30 de septiembre, dándole protección cautelar a los edificios de Arribeños 1272, 11 de Septiembre 1315 y 11 de Septiembre 1281. Macri vetó la protección al segundo edificio.

Los considerandos son imperdibles. Primero, el jefe de Gobierno afirma muy suelto de cuerpo que “si bien la necesidad de establecer y reglamentar la preservación de los inmuebles a través de su protección edilicia y ambiental es compartida por esta Administración”, lo cual es una verdadera novedad. Luego va al tema: en el caso de 11 de Septiembre 1315, se para en que “el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales en reunión del 27 de enero de 2009 consideró que los inmuebles sitos en Arribeños 1272 y 11 de Septiembre 1281 merecían protección mediante la catalogación, mientras que los inmuebles sitos en Arribeños 1251 y 11 de Septiembre 1315 no acreditaban suficientes valores patrimoniales”.

La cita no es pasajera, y Macri continúa diciendo que el edifico en cuestión “tiene una buena inserción en su entorno inmediato aportando carácter suburbano al sector; sin embargo, desde lo estético-arquitectónico se presenta como una pieza híbrida que no puede tomarse como un referente de un momento histórico determinado”. Esto es porque la pobre casa no tiene un estilo muy definido, con toques californianos, cottage y pintoresquismo nórdico, y por tanto “no se justifica desde un punto de vista técnico la catalogación”.

Por supuesto, adhiere al decreto “el señor Ministro de Desarrollo Urbano”, Daniel Chaín, que, como puede verse en esta misma edición, modifica obras públicas para mejorar sus obras privadas. En fin, pobre casa, vetada desde el primer nivel.