Curada por el diseñador argentino radicado en España, Marcelo Leslabay, hasta el 14 de enero, la UADE Art exhibe ¡Mujeres al Proyecto! Un buen compendio de creatividad femenina.
› Por Luján Cambariere
Ya lo comprobamos cuando indagamos en la realidad local. Abrirse paso y, sobre todo, ser reconocidas en una disciplina como el diseño de producto siendo mujer, cuesta más.
Sin embargo, eso no impide que muchas lo logren. Ganen premios, expongan sus piezas por todo el planeta y sobre todo, lo que es más importante, reciban encargos de la industria de lo más variados. Tal el caso de nueve españolas que Marcelo Leslabay, diseñador argentino radicado en Madrid, decidió reunir en una muestra colectiva que ideó a modo de tributo. Y, por qué no, empuje para las nuevas generaciones, que itinera por el mundo, y el pasado diciembre llegó a nuestro país por la Aecid (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo).
“¡Mujeres al proyecto! es una exposición que reúne el trabajo de un grupo de diseñadoras especializadas en mobiliario, iluminación, accesorios y textiles, que se destacan por la calidad de su trabajo, por la sensibilidad volcada en sus proyectos y por la creatividad de sus diseños. Lo que les ha valido el respeto tanto de profesionales como de empresarios, y las ha convertido en un referente para las futuras generaciones de diseñadoras en Iberoamérica”, adelanta Leslabay.
“Como en el resto de profesiones –continúa–, también en el diseño la incorporación de la mujer se ha dado de forma tardía y sólo con más intensidad en las dos últimas décadas. La suya ha sido una carrera llena de obstáculos, prejuicios sociales y desconfianzas profesionales, que han superado con éxito y que además han compatibilizado –en muchos casos– con la maternidad. Con este panorama tan competitivo, las que se han destacado, lo han hecho, básicamente, por una razón: su profesionalismo. Bajo ese criterio las hemos seleccionado y aquí las mostramos”, adelanta Leslabay, que de paso por Buenos Aires detalla a M2 el porqué de esta apuesta.
–Fundamentalmente porque en España se estaba necesitando posicionar a este grupo de profesionales que se conocían por separado pero no en su conjunto. Pensé que era importante como tributo, el momento político lo ameritaba, y además me pareció que serviría de ejemplo a las nuevas generaciones, que ahora sí eligen en mayor medida esta disciplina tan linda, pero que hasta ahora –no puede ocultarse– les ha puesto más obstáculos por ser mujeres.
–Yo quería que fueran diez. La décima era Patricia Urquiola, pero la realidad es que no quiso participar del colectivo. Y entonces, menos ella, están todas las que a mi criterio tenían que estar porque son las más potentes. Cada día se suman más, pero estas son indiscutidas en lo suyo. Con perfiles variados, algunas más empresarias, otras más conceptuales, pero todas con una trayectoria bien fuerte que ha dado muchos buenos frutos.
–Para mí son tres las virtudes que ostentan y aplican todas ellas a la cultura del proyecto: intuición, sensibilidad y seducción. Esas son cualidades típicamente femeninas que al diseño le vienen muy bien. Además, la trayectoria en todas ellas está marcada por el esfuerzo y el tesón en sacar adelante sus estudios y empresas, en materializar sus proyectos y en remarcar su autoría, y eso –casi siempre– transitando a contracorriente en un entorno industrial poco receptivo. Ahora las cosas están cambiando y, en diversos sectores industriales como el automotor, electrodomésticos y telefonía, los departamentos de marketing han detectado que con el aumento del poder adquisitivo de la mujer también han cambiado las tendencias de consumo, ya que a la hora de comprar un producto las mujeres son más exigentes que los varones. Este fenómeno ha generado que muchas empresas europeas hayan incorporado más diseñadoras para desarrollar sus futuros proyectos, ya que si éstos cumplen los requisitos valorados por las mujeres, lo harán también para los hombres. De hecho, poco se dice, pero, por ejemplo, el Volvo C3 fue diseñado por mujeres. Y los ejemplos se van sumando. Por otra parte, si visitamos hoy cualquier escuela de diseño industrial podemos ver que la cantidad de mujeres en los cursos es equivalente a la de varones, y en algunas especialidades claramente superior. Hoy la mujer se está capacitando y la proyección es que, en pocos años, acceda a los puestos de dirección en grandes empresas.
Así, la muestra comienza con Gemma Bernal, ejemplo cabal de profesional. Pionera en su país, con productos emblemáticos del diseño español y proyectos en prácticamente todas las áreas industriales, ya que Bernal se ha dado el lujo de diseñar desde un reloj, pasando por bancos de plaza a herramientas varias. Celebradísima su vajilla gourmet Ola de CIM, fruto de la colaboración del equipo de El Bulli, dirigido por el chef Ferrán Adrià.
Después podrían agruparse por perfiles. Las más empresarias son tres. Nani Marquina que está al frente, desde 1987, de la empresa homónima, un emblema en el diseño de las más bellas alfombras, como la colección Toppísimo. En iluminación, Mariví Calvo, fundadora de Luzifer (“hacer luz” en valenciano) con Sandro Tothill en 1995, empresa que exporta a muchísimos países. Ella es licenciada en Historia del Arte y en Bellas Artes (Valencia), realizó estudios en el Pratt Institute de Nueva York y en el Museo de Holografía de la misma ciudad, y su interés se centra siempre en la investigación de nuevos materiales vinculados con la luz. Diseñando todo tipo de lámparas como las de las colecciones Gea, Románicas, Aloha, Moebius, Oku y Junior, entre otras. Y Lola Castelló, que fundó Punt Mobles junto a Vicent Martínez en 1980. Una compañía de mobiliario con más de 100 empleados y diseños reconocidos como la colección Agora de mesas y sillas y el banco Aalt, entre muchos otros.
Trabajando para terceros en formato más de taller o con líneas propias comercializadas a través de sus showroom o tiendas de diseño propia, la muestra presenta a otras tres. Marre Moerel, que desde Madrid proyecta para empresas europeas de mobiliario e iluminación y, en paralelo, produce sus propias diseños en cerámica. Moerel en realidad es holandesa, pero después de estudiar diseño de moda en Rotterdam y licenciarse en escultura en la Escuela de Bellas Artes de Exeter de Inglaterra y graduarse en el Royal College of Art en 1991 con un Master en Diseño de Mobiliario, trabajó durante más de diez años en Nueva York, hasta que se trasladó en el 2002 a Madrid, donde abrió su propio estudio/galería de diseño. Allí desarrolló su propia línea de producción a la vez que realizó proyectos para conocidas empresas de diseño de ámbito internacional como Cappellini, Celda, Covo, Offecct y Wilsonart Int. Para destacar, su luminaria Coral. De perfil similar, Margot Viarnés, quien después de quince años de trabajo profesional creó el estudio que lleva su nombre, en el que fusiona diversas disciplinas y trabaja en varias divisiones. Proyectos de arquitectura interior –viviendas, locales comerciales, stands–, diseño de mobiliario a medida (productos diversos diseñados a la carta y comercializados en exclusiva en el showroom) que se destacan por su ebanistería propia, como la mesa Tao y la silla Arts. En plus, ofrece desarrollos para varias empresas de prestigio como Andreu World, Temas V, Vibia, Concepta, Muebles DO+CE, AG, Carpyen y Celda.
De actitud más trasgresora y radical, la muestra suma el trabajo de Ana Mir, que diseña alfombras, pasando por mobiliario a todo tipo de accesorios y objetos. De ella dimos cuenta varias veces en este suplemento, por sus trabajos más conceptuales y sociales. Y también por productos simples y bellos como las pantuflas Emilianas, producidas a partir de un único patrón, un solo material (fieltro teñido) y una costura. O la Buco Lamp, con la que reinterpreta a las clásicas lámparas de suspensión.
Además de algunas piezas de Nancy Robbins, especializada en diseño de mobiliario e interiorismo y, actualmente, asesora de empresas internacionales. Tras estudiar diseño en Rhode Island School of Design, trabajó de 1964 a 1972 en diseño de interiores en Dallas y Nueva York. En 1972 se trasladó a España, donde ha trabajado en el diseño interior de restaurantes, tiendas y casas. Desde 1996 trabaja principalmente en diseño industrial. En 1986 abrió su tienda Nancy Robbins en Barcelona y desde 1987 trabaja con varios fabricantes de muebles, exponiendo en las Ferias de Muebles de Valencia, Colonia y Milán y a partir de 1995 en las Ferias de Muebles de EE.UU. Diseñó los sillones y sofás “Gilda”, “New York”, “Miami” y “Atlanta” para Cycsa y las sillas “Nancy”, “Urbe”, “Tokio” y “Savoy” para Andreu World. Entre sus trabajos más recientes se encuentran el mobiliario de la terraza Martini en Girona producido por Sillería Vergës, una serie de accesorios de baño producido por Miscellania, el juego de floreros “Six Ones” producido por Aguadé y las lámparas “Reflexión” producidas por Taller Uno. Trabajó durante un mes en Seúl como diseñadora invitada en un programa del gobierno. Además, desde 2003 es la directora de Recursos Creativos para Andreu World America.
Por último, completa la novena Margarita Viarnés, que desde su estudio-showroom compagina el diseño de mobiliario, iluminación e interiorismo con la producción y comercialización de sus propios diseños. Un perfil similar al planteado por Eva Prego con su estudio Stone Design, que dirige con Cutu Mazuelos en Madrid y del que salen piezas también reconocidas en todo el mundo.
* Uade Art: Lima 775, de lunes a viernes de 12 a 20.
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