Hace pocos días se estrenó la película uruguaya Reus, cuyo slogan es “Un barrio, dos familias, tres códigos”, y que transcurrre en Reus al Norte, el Barrio de los Judíos, como se conoce popularmente a esa zona de Montevideo. El film es un policial donde se enfrentan dos familias de vieja y nueva data por el poder territorial, y toma como escenario el tradicional barrio de la capital uruguaya, cuyo nombre recuerda a quien impulsó su construcción a fines del siglo XIX: el doctor Emilio Reus. Este abogado y político nacido en Madrid llegó a Uruguay procedente de Buenos Aires, donde había residido, luego de abandonar su patria y perder en dos ocasiones –y no sería la última– su fortuna.

Humanista versado, autor de tres libros de filosofía y sociología, estrenó en su época dos piezas teatrales y tradujo a Spinoza, con un extenso prólogo. Doctor en filosofía y letras desde los 21 años, realizó un gran número de trabajos en derecho, además de dirigir la revista Legislación y Jurisprudencia, que había fundado su padre. En su España natal fue diputado, pero su historia en el Río de la Plata se inicia tras la muerte de su padre, José Reus García, que deja a sus tres hijos una inmensa fortuna.

Emilio la invirtió sin dudar en la Bolsa de Valores de Madrid, pero los días negros para los negocios que siguieron a la muerte del rey Alfonso XII truncaron una carrera que parecía llevarlo con certeza a algún ministerio. Decidió entonces emigrar a Buenos Aires. Llega con 27 años, y después de haber sido corrector en el periódico La Patria Argentina pasó a ocuparse de la crónica y el juego bursátil, luego de rehusarse –según sus propias palabras– a ocupar excelentes puestos bancarios ofrecidos por el gobierno argentino y la banca privada. En poco tiempo llegará a ganar medio millón de pesos de oro, los que perderá rápidamente, dejando satisfechos, antes, a todos sus acreedores.

Frente a esta nueva bancarrota deja Buenos Aires y se traslada a Montevideo, en momentos en que el gobierno oriental llama a concurso para la organización del primer banco de Estado. Reus será el encargado de organizar y estructurar ese proyecto, respaldado por un grupo de capitalistas. En 1887 comienza la actividad de Reus en la capital uruguaya, la que culmina el 7 de marzo de 1891 con su muerte, a los 33 años.

Durante ese breve período, Reus recupera –y pierde– su fortuna y concreta diversos proyectos urbanísticos en Montevideo. La construcción del barrio Reus al Norte –el de la película–, un destacado ejemplo de la arquitectura modernista, y el barrio Reus al Sur, de dos manzanas, donde luego se ubicó uno de los conventillos más emblemáticos de la ciudad, cuna del candombe.

También encargó tres edificios, el centro Hidro-Termo-Terápico, actualmente sede del MAPI –Museo de Arte Precolombino e Indígena–, declarado Monumento Histórico Nacional en 1986 (el único habilitado al público), el Palacio Jackson –demolido–, el Asilo Maternal N 3, y posiblemente el ex Hotel Nacional.

En estos últimos cuatro años de su vida lega a la capital uruguaya un patrimonio arquitectónico magistral, conservado casi en su totalidad. A pesar de haber muerto en la ruina y en soledad, este tesoro impidió que se lo olvide. Cualquier montevideano sabe indicar cómo llegar al barrio Reus, y muchos tienen en claro que el ex Ministerio de Defensa y actual Museo de Arte Precolombino e Indígena es obra de este hombre que sin duda tenía claro que el dinero va y viene, pero que los aportes destinados a crear lo que hoy llamamos patrimonio cultural lo inmortalizarían en el futuro.

Sin duda, además de dinero, tenía una formación y sensibilidad que bien harían en cultivar la mayoría de los empresarios y banqueros de nuestros días.

* Lic. en Relaciones Internacionales. Magíster en Gestión Cultural. Docente del Máster en Gestión Cultural en la Universidad de Alcalá de Henares y del Programa de Conservación y Preservación del Patrimonio en la Universidad Torcuato Di Tella, http://facundodealmeida.wordpress.com