Jennifer Hudson reunió más de 500 propuestas de diseño para aprovechar el espacio en un nuevo tomo de Blume.
Cuando la cuestión es reducir para ganar.
› Por Luján Cambariere
En un mundo que manda siempre a agrandarse... sentirse, ponerse y sobre todo consumir más, hay un grupo de profesionales que eligen quemarse las pestañas para proponer ideas en sintonía con poder achicarse. Poder ocupar menos espacio, readaptarse a las circunstancias y las personas, trocar la formas y la funcionalidad.
¿El objetivo final? Aprovechar el espacio (que siempre es poco en las grandes urbes), sobre todo conforme la dinámica que va tomando el mundo.
De esto y de ellos da cuenta Jennifer Hudson en un reciente tomo de la editorial Blume (comercializado en nuestro país a través de Riverside), que intenta abarcar a todos aquellos profesionales que abogan por diseños compactos, adaptables, plegables y multifuncionales. De hecho, así divide el libro Diseños para aprovechar el espacio la autora. Seis capítulos guiados por las cualidades que primen en cada cual. “Muebles y objetos que por ser estructurales impactan arquitectónicamente en el tejido del propio edificio. Versiones compactas de sus equivalentes a tamaño normal. Piezas flexibles para facilitar el almacenamiento. Ilusorias para crear espacio incluso allí donde no existe. Multifuncionales y transformables para cumplir con más de una tarea y organizativas para ayudarle a racionalizar los elementos que ya posee”, detalla quien ya en la introducción se ocupa de aclarar que actualmente “se está produciendo un cambio demográfico y cultural a favor de hogares compuestos por personas que, por elección, mala suerte o a causa de la longevidad se ven abocadas a vivir solas. Todos ellos tienen necesidades de vivienda, consumo y estilo de vida distintos. La reducción de tamaño implica mucha creatividad y algunos elementos esenciales de diseño. Para ellos está pensado este libro”, remata.
Así cada capítulo ofrece verdaderas perlitas. Algunos de iconos del diseño y otros hallazgos de noveles proyectistas que en todo caso también tienen claro este tema de la reducción en pos de un futuro más confortable.
En el rubro cocinas, pero también escritorio y dormitorios, llama la atención la propuesta de Atelier Opa. Un estudio de diseño japonés (tenía que ser) que creó una especie de valijas o cajas que atesoran lo que tradicionalmente serían distintos espacios dentro de una vivienda. Así configuraron la versión cocina que tiene una placa vitrocerámica, pileta y varios armarios donde guardar vajilla o comida; la opción dormitorio con cama, cajoneras y estantes y hasta una de escritorio que se abre para dar paso a también varios cajones, mesa y una silla, luminaria y hasta pantalla plana. Kenchikukagu se llama la lograda colección de muebles plegables que venden por la web y cuentan con ruedas para facilitar su uso.
Dentro del arte del plegado (que es de lo que más colabora en esto de... a guardar a guardar cuando no se va a usar) existen piezas de profesionales emblemáticos. Leonardo Talarico con sus mesas Nido Hiip en fresno natural para Capellini. El genial Antonio Citterio, con sus diversas propuestas de carritos algunos en versión mesa y otros armario, como los Flip en acero cromado y plástico y el Battista en poliuretano, acero y aluminio, respectivamente, en este caso siempre para la legendaria Kartell. Y otro grande: Alvar Aalto con sus carritos de té para Artek.
De las nuevas generaciones de designers, el alemán Konstantin Grcic con sus sillas apilables Myto, el taburete y las mesas plegables Miura para Plank, demuestran que siempre es posible optimizar.
El libro también reúne propuestas varias de los siempre rendidores biombos y separadores de ambientes, sobre todo mucho divisor modular y de espacios bien high tech a la manera de los hermanos Bouroullec.
Y también al mobiliario multifuncional donde se llevan todos los aplausos las propuestas de Stefano Giavonnoni con sus sofisticados sofás que se hacen cama (Morfeo para Domodinamica), los asientos-cama de Piero Lissoni (otra marca registrada del diseño mundial) y de dos mujeres que siempre se las traen: Patricia Urquiola con sus mesitas-bandejas Fat Fat Lady Fat y Matali Crasset con su puf multifunción Hi, también para Domodinamica.
Por último, mención aparte merece el conjunto de cocina Nest 8 de Joseph Joseph que ilustra la tapa del ejemplar y sus bellísimos recipientes View para almacenar alimentos.
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