Hubo una época, que parece hoy un sueño, en que Flores era un Centro para un gran oeste porteño de casas bajas, con alma de quintas, jardín y arboledas. El barrio tranquilo y silencioso, de calles vacías, se destilaba en largas tiras de casas de un piso, algunas inglesas, otras francesas, muchas italianas, con quintones aquí y allá. Nuestra frivolidad urbana, justificada por el dogma trucho de que la densidad nos salvará, destruyó esta zona de Buenos Aires y lo dejó saturado, sucio y olvidable.

En Terrero 279, la ciudad guardaba una de sus últimas quintas, una esquina con verja y palmeras, un delicado portón y una casa que era un ejercicio en clasicismo minimalista, pura proporción sin ornamento. El terrenón era una tentación para la especulación inmobiliaria y por supuesto cayó, no demolido, sino bastardizado en una obra que se lo está llevando para arriba. Lo peor del caso es que ni siquiera queda en claro si la obra es legal o no, porque las autoridades porteñas ya están llevando la confusión al nivel de un arte.

Quien consulte la base de Areas de Protección Histórica de la Ciudad, se encontrará con que Terrero 279 es la parcela 2 de la manzana 19 de la sección 57. La quinta mide casi 33 metros por casi quince, no está dividido en propiedad horizontal y fue fichada con foto el 25 de noviembre de 1996. A continuación viene la información relevante a esta obra destructiva del patrimonio: la ficha tiene una categoría, “Protección”, donde figura “desestimado”, pero a continuación viene la siguiente categoría, “Estado de trámite”, donde la categoría es “Catálogo preventivo”. Al pie de la ficha se aclara que se aplica la “Ley 3056 - Edificio Anterior a 1941 - Cualquier Tamite (sic) Requiere Intervención de APH”. Aquí es donde el civil se pregunta en qué quedaremos: ¿desestimado o en catálogo preventivo? Y también quién fue el funcionario audaz y valiente que se animó a autorizar el expediente de obra con semejante contradicción.

Para mayor confusión, el edificio no aparece en la base del Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales, que es el que debería haberlo puesto en el Catálogo Preventivo para protegerlo o haberlo desestimado. Con lo que es imposible saber en qué categoría fue puesta la quinta y si hubo un pedido de reconsideración, como es ya habitual. Ya hay una denuncia penal que, entre otras cosas, señala que es posible que alguien haya alterado la base de datos del gobierno porteño y lo hiciera mal, olvidándose de cambiarla toda.