Cosa de chicos
Poco observado, el diseño infantil tiene desarrollos y pautas propias: colores alegres, seguridad y sistemas que acompañen su crecimiento, son algunas de las premisas de los espacios sólo aptos para menores.
Por Luján Cambariere
La feria organizada a principios de este mes en el Jardín Japonés por la guía para chicos Planetario fue una buena oportunidad para dar de primera mano con arquitectos, diseñadores y artesanos que ponen el foco en los más chicos. Es una temática poco abordada en nuestro país y no es un tema en nada menor. Así, una paleta de colores subidos, motivos estimulantes y diseños de mobiliario cada día más funcional y seguro parecen ser las consignas de los que se desvelan por atender las necesidades de los más chicos.
Funcional, lúdico y versátil
Para la arquitecta Patricia Sabal, creadora de la marca de diseño de equipamiento para chicos Lanza la Bola, en líneas generales el mercado local carece de propuestas originales dedicadas a este segmento. “Se observan algunas ideas que pasan por el manejo más o menos jugado del color o por alguno que otro detalle, pero muy poco diseño original o una revolución que pase por las formas”, detalla. Para ella, la condición sine qua non del diseño de muebles para chicos es que sea creativo y seguro. “Básicamente se deben cuidar las alturas y que los bordes sean curvos, aunque también se debe poner el énfasis en la versatilidad y lo lúdico. Los cuartos para chicos deben ser, fundamentalmente, ambientes que acompañen al chico en su crecimiento y que lo estimulen. Espacios de juego y de placer.”
Así, la etiqueta de Sabal está basada en camas con escaleras hechas en base a un calado de huellitas, sillas con formas de animales, respaldos de camas con distintos dibujos en bajorrelieves ideales para combinar entre hermanos y que a pesar de que compartan el espacio, cada uno se sienta especial. También ofrece cambiadores que trocan en mesitas o camas con enormes cajones que se van adaptando a los requerimientos inherentes a cada edad.
Otras que le escapan a lo convencional son las diseñadoras Juliana Ratto y Cecilia Cuniolo, de Oia. Bancos con forma de gusanito, sillas con forma de león, abeja o bichito y una mesa símil copa de árbol dan cuenta de que, para ellas, lo lúdico siempre conmueve a los más chicos. “Nuestra propuesta de mobiliario –muebles de madera pintados con laca poliuretánica para chicos de 1 a 5 años– pasa por decirles chau a los colores pasteles y sobre todo por sumarnos a su juego.”
Seguro
Mientras tanto, partiendo de la premisa de que una casa donde hay niños, en lo posible, debe adaptarse a sus necesidades, las arquitectas Carolina Callegari y Susana Slucki, de Arquitectura Infantil, hacen foco en la prevención de accidentes. Evaluando cuáles son los materiales que mejor se adaptan a la estética y funcionalidad de cada casa, diseñan una propuesta personal que siempre respeta ciertas claves.
“Tratar de que las superficies y las telas que se usan en tapicería sean fáciles de limpiar. Las alfombras, preferiblemente, antideslizantes. Los muebles de puntas redondeadas bien estables, sujetos al piso y a las paredes, los tomacorrientes y las estufas fuera del alcance de los niños y las ventanas y escaleras protegidas.” Por último, aconsejan que los cuartos no se deben pensar en el plano sino en el espacio: “Así pueden convivir varias funciones en el mismo lugar sin necesidad de hacer un entrepiso. Por ejemplo, se puede elevar la cama, dejando debajo un amplio y acogedor espacio para un escritorio y repisa, y el resto de la habitación convertirse en un estar”. ¿Otras de sus sugerencias? “Reemplazar las guardas y papeles importados por murales pintados a mano y las telas estampadas por apliques bordados.”
Juegos y objetos
Sin dudas, la frutilla del postre de la ambientación infantil. El toque personal que cada cual puede ir recreando conforme a la infinidad de juguetes ecológicos y artesanales que ahora ofrece el mercado. ¿A saber? En Natural World confeccionan originales alfombras con forma de animales –rana, sapo o abeja, entre otros–, almohadones con forma de corazones de gabardina o plush de tonos estridentes e infinidad de muñecas y títeres.
El Pequeño Puercoespín, un número puesto en lo que a juguetes como los de antaño o piezas originales en madera, trapo o papel maché se trate, vende todo tipo de títeres, lámparas en papel o papel maché y juegos de encastre o con imanes, entre otros. Para jugar y decorar, nada mejor que sus serpientes en telas de distintos colores de más de dos metros de largo.
Mientras tanto, otros diseñadores se abren paso con piezas deliciosas. Teté Marimba propone muñecos de trapo cosidos, sin pegamento, móviles, títeres de cono y calabaza. Los diseñadores de Safiras, modelos únicos en telas impermeables, polar o toalla al que cada chico le da el significado que crea o vea en cada diseño (desde dinosaurios, pasando por lagartos, hormigas o arañas). Y Diego Rodríguez, creativo y realizador, especialista en escenografía y diseño de personajes sorprende con sus logrados títeres del mar o la selva de gomaespuma. Simpáticos monos, ranas, sapos, tiburones y ballenas.
Por último, Laura Heredia creadora de los Fashion Pops, originales geles para pegar en vidrios, azulejos y ventanas, suma a su colección líneas especialmente pensadas para chicos como dinosaurios, animalitos de la granja, animales de mar y todo tipo de estrellas, corazones y personajes del espacio.
Subnotas