La arquitectura argentina tuvo un medio siglo de talento notable, muy alimentado por esa cosa tan buena llamada inmigración que nos trajo gente como Alfredo Olivari a alegrarnos la vida. Olivari arrancó una carrera de más de cien edificios argentinos, continuada por su hijo Alberto, con la firma compartida de “A. Olivari”. Los lectores Alejandro Machado y Fabio Perlin tienen un blog dedicado a su obra que le hace justicia e impresiona. Ahora avisan que manos especuladoras van a demoler la esquina de Thames y Paraguay, una pieza a la francesa de este italiano ecuménico que está en perfecto estado de preservación y era un hostel hace unas pocas semanas. Hay que asumir que el CAAP “desestimó” esta obra, pese a su firma, con la liviandad que los caracteriza. Una explicación es la preocupación del organismo por el negocio inmobiliario y por eso les resulta difícil proteger un lote “de altura”. Y resulta que, para completar la ecuación, Paraguay tiene ahí zonificación de avenida... Para llorar por Olivari y ver qué talento era basta ir a alfredo-olivari.blogspot.com.ar