En el marco de Tecnópolis, la muestra “Mi norte es el sur” da cuenta de las fórmulas locales más genuinas y originales. Nuestros mejores embajadores en el mundo.
Por segundo año consecutivo, Tecnópolis abre las puertas de su impactante apuesta donde el diseño tiene un lugar destacado. Proyectado por el Estudio Usos, el área Hecho con Diseño, parte integrante del Parque Industria Argentina que promueve el Ministerio de Industria, se ordena a través de un cubo central, cinco islas temáticas conformadas por contenedores y una plaza. En ese contexto, la muestra “Mi norte es el sur” da cuenta de nuestras fórmulas más genuinas. Y las que han probado en variadas oportunidades ser nuestros mejores embajadores en el mundo. Por originales e innovadores en el sentido más cabal de la palabra.
Curada por nuestra especialista en diseño, Luján Cambariere, el espacio que tiene como protagonistas a Usos Muebles Contemporáneos, empresa de diseño contemporáneo de los arquitectos jujeños Carlos Gronda y Arturo Tezanos Pinto e invitados especiales –Alejandro Sarmiento (Premio Konex 2012), Imdi Iluminación, Satorilab y Leo Battistelli–, no podía ser bautizado de otra manera. Título de su futuro libro y particular mirada que despliega desde hace años en estas páginas, siempre orientada a los abordajes a la disciplina más verdaderos. Esos que hablan de quienes somos, nuestros paisajes, recursos y tecnologías al alcance.
“Durante mucho tiempo miramos hacia arriba. Necesitados de aprobación por parte de ‘los que saben’. ‘Esos’ que paradójicamente no dudaron un instante, consumismo mediante (por citar sólo alguno de tantos males) en imponerse sobre las personas y las cosas: nuestra casa, el planeta, lo distinto, lo primitivo y lo diverso. En medio, el diseño. Una disciplina nada menor, que puede ser sinónimo de frivolidad, sin embargo en nuestra región es una gran herramienta de transformación social. Creando su propia escena, interacciones, protagonistas”, adelanta Cambariere antes de resumir cuatro fórmulas destacadas de las que los expositores son fieles representantes.
“Es el empleo de materiales –maderas, barro, cuero, pero también lo que otros descartan– materia prima gratis de nuestro tiempo. Modos que en un planeta que necesita de nuestro máximo cuidado y respeto por sus recursos resultan fundamentales. Materiales que riman con paisajes: nuestras verdes llanuras y selvas, nuestros más coloridos e inigualables cerros, nuestra tierra colorada, la luz de las altas cumbres y salares. Nuestras inmensurables, abundantes, vastedades. En el rescate de oficios y técnicas. Muchos ligados a la tierra, a la cultura del trabajo de cada lugar. Y a ese don que está en las manos y que pasa de allí al corazón y a la cabeza. Y que de nuevo, en un mundo tecnificado que necesita volver a lo esencial, carga de alma a los objetos. Rituales. Nuestras fiestas, ritos, mitos, celebraciones, costumbres, momentos de entrelazarnos, de encuentro, de dar lugar a lo colectivo. Patrimonio latinoamericano sin igual. Y que al contar historias, afincarse en las más valiosas creencias, llena de significado. Rescata valores. Y cruces de pobladores originarios con inmigrantes, de patria construida en varios idiomas, de culturas remixadas, reinterpretadas, reinventadas”, señala.
Por eso, según ella, hoy hacemos escuela. “Escuela del Sur, la llamó en su momento y para el arte, Joaquín Torres García, autor del mapa invertido, poderosa ilustración, símbolo de la afirmación de nuestra identidad, con el que ya intentaba promocionar Sudamérica, un lugar donde se cuece una historia propia”, remata Cambariere.
Así, cuando uno ingresa a la exposición, un mapping creado por el colectivo artístico IQLab integrado por Bernardo Piñero, Gerardo Della Vecchia y Natalia Pajariño, a nivel de la pared y del suelo permite vincular cada colección de los Usos con sus historias, paisajes, fórmulas destacadas y expositores invitados.
Atada concebida como pequeña arquitectura andina, da cuenta del particular empleo de los materiales (cuero y tiento) invitando a otro experto en estas lides, Alejandro Sarmiento, que bajo el título “El don de trasmutar” muestra la alquimia que logra transformando botellas, un simple cartón, neumáticos gastados en bellos mobiliarios y objetos.
Con Zafra, los Usos evidencian los oficios, incorporando en este caso a la madera y el cuero, el metal. Y así se suma Imdi, de Martín Wolfson y Martín Feijó, con su exquisita familia de luminarias en aluminio, ejemplo de simpleza tecnológica y aprovechamiento de los recursos disponibles.
Carnavala señala la fórmula del ritual, recordando una de las festividades más populares del norte y de nuestra región, donde el rito pagano junto al aporte religioso convierten esta fiesta en un momento exquisito. Usos rescata la esencia del Carnaval y lo transforma en piezas que conviven entre la explosión de color y la sensualidad de sus formas. E invita a Satorilab, colectivo que celebra en cada una de sus propuestas la vuelta a lo esencial, los valores de la vida, el trabajo con las manos, lo grupal.
Por último, Chármiri, la colección de los cruces, inspirada en la influencia oriental de la frontera, en el límite entre Bolivia y Argentina, convida a Leo Battistelli, un creador que siempre navega en las fronteras del arte con el diseño, de la pieza seriada con la artesanal, de lo que se rescata y descarta.
“Cuando fuimos convocados para diseñar lo que sería el Puerto Diseño, no dudamos en aceptar. Democratizar el diseño, ayudar a hacerlo algo accesible, nos parece de radical importancia. Producir en Argentina este tipo de objetos, requiere una creatividad enorme, pues hay que darse maña desde el lugar en el que cada uno se sitúa. A veces es un poco difícil, pero sumando esfuerzo y pasión se logran objetivos grandes. Desde Usos, la idea de fusionar con invitados, con otras etiquetas, nace de que los seleccionados tienen una historia que contar, un contenido denso, fuerte, maravilloso atrás de cada objeto. Cada uno desde su contexto, logra transmitir (contar) un relato que se enriquece a medida que el objeto va tomando forma. Cada uno con sus historias diferentes, desde el lugar que les toca o eligen. Siempre personales. Pero lo importante es que detrás de todo objeto está lo maravilloso del relato, que no es otra cosa más que hacer”, rematan De Tezanos Pinto y Gronda.
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