Los vecinos de la Plaza Boedo acaban de recibir otro golpe: esta semana, el gobierno porteño apeló el fallo de la Justicia que ordenaba que el 30 por ciento del “Edificio de Uso Complementario a Urbanización Parque” fuera destinado a actividades culturales y comunitarias. El fallo les encargaba a los comuneros locales que determinaran los usos concretos de este espacio y les dejaba el 70 por ciento a los usos administrativos que el ejecutivo defendió como necesarios. En concreto, esto significaba que la planta baja se usaba para muestras, reuniones y actividades públicas y el resto del edificio para oficinas.

Los vecinos de la Asociación Todos por la Plaza de Boedo se conformaron con el fallo y desistieron de apelar pidiendo el edificio entero. Lo hicieron en asamblea, con debate, para “no seguir drenando fondos de la Ciudad” en litigios. Esta altura moral no fue imitada por los funcionarios, que apelaron la sentencia de julio ante el Superior Tribunal pidiendo el edificio completo y evidentemente no tienen ningún problema en drenar fondos públicos litigando.

Este episodio sigue amargando la saga de este espacio en Boedo, un barrio cortísimo en espacios verdes o aunque sea abiertos. La plaza surge de un patio de maniobras y garaje de tranvías que fue demolido/desarmado y en el que el macrismo insistió en poner oficinas comunales como si faltaran edificios de propiedad municipal. Para peor, tomó un edificio de un estilo nada espectacular, pero sobrio y lo transformó en el objeto ridículo que se ve en la foto, otro ejemplo del mal gusto público del PRO. Para más detalles y para apoyar a los vecinos, basta ir a www.plazamarianoboedo.blogspot.com.